Beneficios de la arcilla


La arcilla ha sido utilizada desde tiempos ancestrales por sus propiedades terapéuticas y estéticas. Se utiliza en multitud de tratamientos, desde baños de barro hasta mascarillas por sus múltiples propiedades, ya que tiene usos cicatrizantes, purificadores, descongestionantes, refrescantes, regenerativos, absorbentes, calmantes y antibióticos.

Es rica en oligoelementos y sales minerales, y se forma por la descomposición de las rocas por los elementos como el frío, la lluvia o el viento. Puede ser de diversos colores, blanca, roja o verde y cada tipo posee distintas propiedades. La arcilla puede ser utilizada en forma de cataplasmas y mascarillas y aplicar directamente en la zona del cuerpo que queremos tratar.

Por su poder cicatrizante y regenerativo, la podemos aplicar sobre pequeñas quemaduras en la cara o en la piel. Nos aliviará y evitará la aparición de cicatrices.

La arcilla blanca es ideal para combatir las manchas de la piel, y la aporta luminosidad. Está recomendada para las pieles secas. También tiene un gran poder desintoxicante y antibacteriano y ayuda a regular el PH intestinal, por lo que a veces se toma disuelta en casos de trastornos intestinales. Para estos últimos, es mejor utilizar la que está ya preparada en los herbolarios, ya que debe ser una arcilla limpia y libre de impurezas.

La arcilla verde es ideal para las pieles mixtas. Nos liberará del exceso de grasa y de los puntos negros por su efecto purificante y tiene un efecto relajante sobre nuestra piel.

La arcilla roja tiene un gran poder desintoxicante y mineralizante, por lo que podemos utilizarla para pieles sensibles.

Para preparar las mascarillas, utilizaremos paquetes de arcilla comprados en herbolarios y la mezclaremos con agua. Para realizar la mezcla es mejor utilizar utensilios de madera.

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