Con el verano y el calor es difícil no sudar y, sobre todo, mantener la sensación de frescura en la piel. Evidentemente, el desodorante es una de las piezas clave para lograrlo, aunque también se pueden utilizar remedios naturales y alternativos, así como tratamientos de belleza y estética para aquellos casos de sudoración extrema.
Las opciones
Para conseguir mantener la sensación de frescor en la piel durante el verano y evitar las molestias del sudor, uno de los remedios alternativos a los desodorantes es la denominada piedra de alumbre, que ha sido empleada tradicionalmente durante siglos como desodorante natural. Su uso es sencillo, ya que tan solo hay que humedecer el mineral con el agua, tras la ducha, y frotar la zona durante unos segundos. De este modo, el mineral se disuelve y se crea una capa fina e invisible que da esa sensación de frescor.
Otras alternativas son los desodorantes de los que se pueden encontrar varios formatos en las tiendas. Y esto es importante porque no todos tienen el mismo efecto. Por ejemplo, los de spray permiten detener la secreción de sudor, aparte de proporcionar frescura, mientras que los de crema tienen también estas ventajas, pero con la particularidad de que son más indicados para personas con pieles sensibles.
Además, están los desodorantes en roll-on y en stick, que depositan más cantidad de producto sobre la zona, de manera que son más recomendables para las personas que sudan más.
Y, para aquellos casos en los que la sudoración es excesiva y los desodorantes no suelen funcionar, con independencia de que sean naturales o no, la opción pasa por el bótox. Su principal objetivo es reducir la actividad de las glándulas sudoríparas, de manera que se reduce el nivel de sudoración. El resultado no es permanente, aunque sí tiene un efecto que llega a durar entre seis y ocho meses.