Los tatuajes son dibujos que se realizan en nuestra piel y que se pueden realizar en cualquier parte de nuestro cuerpo.
Los tatuajes son permanentes, esto es debido a que se realizan mediante agujas que “rompen” la epidermis (primera capa de nuestra piel) y llevan en su punta una tinta especial que al introducirse en la epidermis queda fijada de manera indisoluble.
Por eso, cuando vayamos a hacernos un tatuaje debemos pensar mucho si de verdad queremos llevarlo para siempre o es solo un capricho pasajero.
En la actualidad cada día hay más técnicas para hacer desaparecer los tatuajes de nuestra piel. Algunas de estas técnicas son:
Láser
El tratamiento consiste en enfocar el láser hacia la zona del tatuaje haciendo que la densidad de las radiaciones destruya los pigmentos de la tinta de forma que esta pueda ser reabsorbida por la piel.
Se realizaran varias sesiones dependiendo de la profundidad del tatuaje en nuestra piel llegando a conseguir la desaparición total del dibujo.
Encubrimiento
Con esta técnica no desaparece el tatuaje. Lo que se hace es realizar otro dibujo sobre el que ya existía para hacerlo más discreto o para tapar dibujos que ya no son de tu agrado.
Por ejemplo imagínate que hace unos años te tatuaste el nombre de tu pareja y ya no estás con esa persona. Pues bien si vas a un buen tatuador tapará el nombre realizando otro diseño sobre el mismo.
Estiramiento de la piel
Está recomendado para tatuajes pequeños y consiste en introducir bajo la piel un pequeño “globo” que estire la piel para así poder cortar el tatuaje y al quitar el “globo” la piel estirada vuelve a su lugar. Te quedará una pequeña cicatriz.
Abrasión salina
Este método no tiene mayor complicación, se trata de “lijar” la zona con sal hasta que desaparezca el diseño. Terminará quedándote cicatriz.
Por último, comentarte que para realizar cualquier tratamiento te pongas antes en manos de especialistas.