Cuidados para el cabello graso


El cabello graso suele ser más brillante debido al exceso de las glándulas sebáceas creando una especie de aceite en el cuero cabelludo, ensuciando el pelo con más facilidad. Este tipo de cabellos debe ser tratado con productos que eliminen la presencia del sebo y así controlar la secreción de grasa, que puede causar la caída del cabello. En ese sentido, la alimentación es muy importante, pues el cabello grasoso puede ser el resultado de una dieta alta en grasas, dado que las comidas fritas, carnes rojas y productos lácteos fomentan la producción de sebo.

La acumulación de grasa requiere unos lavados más intensos y frecuentes que otros tipos de cabello. En la actualidad, existen champús que controlan la grasa sin perjudicar el cuero cabelludo. Sin embargo, no se recomienda masajearlo con fuerza porque puede irritar los poros y producir que segreguen más grasa. La principal ventaja de este tipo de cabello es el bonito brillo que desprende cuando está recién lavado, pero lo malo es que dura poco tiempo limpio. También se caracteriza por la falta de volumen.

Champú: Lo fundamental es elegir un champú bajo en grasa, suave y sin alcohol.

Peinado: El cepillado puede incitar al aumento grasa. Por lo que es recomendable no hacerlo con fuerza, ni muchas veces.

Aclarado: Lo ideal es terminar la ducha con agua fría, puesto que el contrate de temperatura reduce la estimulación de las glándulas sebáceas cerrando los poros.

Remedios naturales: Podemos aplicar mascarillas naturales de alimentos como vinagre, yogur, miel, cerveza, limón, aloe vera o huevo, que aplicadas sobre el cabello después del lavado, pueden reducir considerablemente la acumulación de grasa, aunque no son una solución definitiva.

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