Elegir la forma y el color de nuestras uñas


Cada mano y sus uñas son únicas e irrepetibles, como nuestro mismo ADN o nuestra huella dactilar. Aunque pueden existir similitudes con miembros de nuestra familia, cada persona tiene una forma y tonalidad de las uñas completamente diferente a otra. Por ello, para elegir la mejor forma de limarlas y la gama de colores que más nos favorecen, es necesario prestar atención a nuestro tono de piel y a la parte de las uñas que está pegada a la piel del dedo.

Por ello, si esa parte es corta y ancha, las uñas cuadradas con bordes redondeados nos sentarán mejor y nos proporcionarán unas manos más estéticamente bellas. Si, por el contrario, dicha parte es larga y grande, las uñas sólo deben redondearse en los extremos; si es estrecha y ovalada, la forma ideal para limar nuestras uñas es bien cuadraditas, (incluso con bordes cuadrados). Finalmente, si la parte es ovalada, la uña deberá ser redondeada.

Con respecto a los colores, para elegir el que mejor nos complemente debemos atender al color de nuestra piel. Si el tono de nuestra piel es blanco o blanco/rojizo, el rojo fuerte no nos va a quedar bien por mucho que nos guste, sino que debemos elegir aquellos tonos que sean más inclinados hacia el rojo burdeos, es decir, los tonos más profundos, ya que si nos pintamos las uñas de rojo fuerte, nuestras manos quedarán excesivamente blancas y, por ello, menos bonitas. Si nuestro tono de piel es pálido, los colores pasteles son los que mejor te quedan y, entre ellos, puedes elegir el que más te guste. Si eres morena o de piel oscura, estás de enhorabuena, ya que el tono de tu piel te permite disfrutar de todos los colores existentes en el mercado.

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