Pero además los maquillajes pueden desencadenar reacciones alérgicas en la piel del rostro. Al utilizar estos productos de forma constante, el cuerpo podría terminar desarrollando sensibilidad hacia alguno de los ingredientes, haciendo que el sistema inmunológico reaccione provocando erosiones u otros síntomas alérgicos.

La importancia de lavarse las manos

Para evitarlo, la primera precaución básica es lavarse las manos y la cara antes de aplicar cualquier tipo de maquillaje. Además, conviene evitar utilizar cosméticos de otra persona ya que existe el riesgo de compartir gérmenes.

Además, el maquillaje nunca debe entrar en contacto con el interior del ojo. Simplemente una mota de sombra de ojos podría provocar peor visión. También es recomendable utilizar el eye-liner justo en la base de las pestañas y no por dentro para evitar que entre en contacto con el globo ocular. También hay que tener cuidado con los pegamentos utilizados para las pestañas postizas.

Es bueno probar nuevos cosméticos hasta dar con el que mejor se adapta a nuestra piel. Los productos clasificados como “probado dermatológicamente”, “hipoalergénico”, o “no irritantes” podrían ayudar a las pieles más sensibles. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el término “natural” solo implica la procedencia del producto. Por ejemplo, la lanolina es un ingrediente habitual en cremas que se extrae de las oveja, pero se trata de una sustancia que causa numerosas reacciones alérgicas.

Por último, resulta imprescindible desmaquillarse a fondo e hidratar bien la piel para que nuestro rostro llegue perfecto al siguiente compromiso social.

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Estos funcionan mediante la liberación o acción de la histamina, que es una sustancia química liberada por el sistema inmune durante una reacción alérgica. Una reacción alérgica produce la hipersensibilidad del sistema inmune, donde se reconocen a ciertas sustancias inocuas como el polen, el polvo y algunos alimentos como partículas extrañas perjudiciales y, por tanto, se estimula la producción de histamina para destruirlos. Dado que el uso de estos medicamentos puede causar algunos efectos secundarios, no es una mala idea optar por algo natural.

Los antihistamínicos naturales no solo alivian los síntomas de la alergia, si no que también pueden reducir la frecuencia de los episodios futuros de las alergias mediante el fortalecimiento del sistema inmunológico. Los nutrientes más importantes que se han encontrado que poseen fuertes propiedades antihistamínicas se encuentran en la vitamina C. Es un antioxidante muy conocido que lucha contra los radicales libres, estimula el sistema inmunológico y alivia los síntomas de las alergias.

También se cree que reduce la sensibilidad a los alérgenos particulares, así como para manejar las condiciones alérgicas en el futuro. Algunos de los más importantes son:

– Plátanos
– Piñas
– Papayas
– Fresas
– Las guayabas
– Kiwi
– Naranjas y clementinas
– Pimientos
– Las hierbas como el perejil y el tomillo
– Brócoli
– Coles de Bruselas

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Sin embargo, sólo porque haya una causa y efecto entre la exposición a una sustancia y el desarrollo de unos síntomas no siempre significa que una persona sea alérgica a esa sustancia. Por ejemplo, los medicamentos nos avisan siempre sobre posibles efectos secundarios. Pues bien, una persona que experimenta uno de estos efectos secundarios no es necesariamente alérgica a ese medicamento. Puede ser una mala reacción simplemente.

Podemos ser alérgicos a infinidad de cosas como por ejemplo polen, moho, animales, los ácaros del polvo, alimentos, medicamentos, etc.
Se desconoce por qué algunas pueden desarrollar los procesos alérgicos, mientras que otras son inmunes. Las alergias pueden ser hereditarias. Hay familias que pueden compartir alergias a determinados alimentos o medicamentos. Pueden aparecer en cualquier momento durante nuestras vidas, pero son más comunes que se produzcan durante la infancia o edad adulta.

Los cosméticos pueden producirnos reacciones alérgicas. Normalmente, se producirá una erupción en la piel donde se aplica el cosmético, aunque a veces la erupción se produce en otra parte del cuerpo (por ejemplo, si eres alérgica al esmalte de uñas y te tocas un párpado del ojo te aparecerá la alergia en esa zona como resultado de tocar el párpado).

Las fragancias también pueden producirnos alergias. Pueden aparecer erupciones en el cuello. Si padecemos algún tipo de alergia a los perfumes lo mejor será que utilicemos productos correctamente etiquetados como «libre de alcohol», que suelen ser tolerados por las personas alérgicas.

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