Cuidados de las cutículas


Unas uñas bien cuidadas son nuestra mejor tarjeta de presentación, no sólo porque realzan nuestro aspecto, sino que nos ayudan a transmitir una imagen positiva de mujer que se preocupa por los detalles. Por ello, para tener las uñas siempre impecables no debemos olvidarnos de hacer de vez en cuando un trabajo de manicura que cuide la forma y el color de nuestras uñas.

El primer paso a la hora de hacernos la manicura es siempre cortar las cutículas. Aunque nos parezcan molestas, tienen la función de proteger la zona de donde nacen las uñas, además de actuar de barrera para las infecciones. Por eso es un error tratar de arrancarlas, ya que debilitaríamos nuestras uñas. Lo mejor es hacer que los bordes de las cutículas se mantengan suaves y eliminar los pellejitos que aparecen alrededor de las mismas.

Debido a la multitud de tareas que realizamos a diario las mujeres, solemos tener las cutículas maltratadas, como si la piel se hubiera agrietado. En este caso lo mejor es utilizar una crema hidratante natural compuesta de una cucharada de aceite de oliva y el contenido de dos cápsulas de vitamina E. Nos aplicaremos la mezcla sobre las cutículas con un suave masaje antes de dormir y dejar reposar la mezcla hasta el día siguiente, permitiendo así que las cutículas se regeneren.

Si están muy endurecidas, lo mejor es utilizar un gel especial para cutículas, preferentemente hecho de miel o aceite de coco o ambos y aplicarlo dos veces a la semana para que se vayan suavizando poco a poco. De ese modo los pellejitos se desprenderán más rápido.

Cuando nos vayamos a cortar las cutículas debemos desinfectar las tijeras que vayamos a usar con alcohol y después pasar un algodón con alcochol sobre las cutículas, para evitar que se produzcan hogos y se ablanden más al limarlas. Para ello deberemos usar siempre una lima de piel de naranjo, nunca metálica.