– Prepara una mascarillas con dos tazas de zumo de melón y dos de zumo de manzana. Mezcla ambos zumos hasta conseguir una consistencia homogénea y después aplícalo sobre los brazos, dejándolo actuar durante veinte minutos. Pasado este tiempo aclárate el brazo con agua tibia.

– Empapa un algodón en zumo de melón y aplícala en la zona de los brazos donde tienes más flaccidez. Recuerda que tanto en este remedio como en el anterior es necesario que los zumos sean naturales, ya que los envasados no contienen las mismas propiedades.

– Aplica unas gotas de aceite de rosa mosqueta desde la muñeca hasta la axila y después desde la axila hasta el hombro. Debes alternar ambos movimientos haciendo hincapié en la zona problemáticas, es decir, desde el codo a la axila.

– Dúchate con agua fría en la zona de los brazos, todo lo fría que puedas aguantar y después alterna el agua fría con el agua caliente, lo que estimulará la circulación y te ayudará a eliminar la flaccidez.

– Prepara una mascarilla con una cucharada de miel, una de aceite de oliva y una yema de huevo. Bate la yema y añade el aceite y la miel y mézclalo bien. Después aplícate la pasta resultante sobre los brazos y déjala reposar durante quince minutos. Finalmente aclárate con agua fría y ya habrás ayudado a tus brazos a ser más firmes. g

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– Lo primero que debes hacer es poner a tono de nuevo tus abdominales. No estamos hablando de que a estas alturas tengas que definirlos como las culturistas, pero sí de ponerlos en forma para que cumplan su función como musculatura que sostiene el vientre. Para ello, nada mejor que los abdominales, pero de un tipo específico.

Para realizarlos, tiéndete en una colchoneta sobre el suelo, flexiona y separa las piernas de forma que las plantas de los pies se apoyen en el suelo. Contrae los glúteos y coloca una pelota entre tus rodillas. Coloca los brazos detrás del cuello y, inspira y al expirar eleva un poco el tórax, manteniendo la posición un instante para luego bajar. Repítelo 25 veces en un minuto y haz cuatro series seguidas. Será fatigoso, pero merecerá la pena el resultado.

– Cuida tu alimentación. Es hora de eliminar de tu dieta los alimentos ricos en grasa y la comida basura. Bebe mucha agua y toma mucha fruta y verdura, de forma que elimines líquidos y estimules también la eliminación de los depósitos de grasa que se acumulan en tu abdomen.

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– En un bol mezcla una cucharada de miel, una de vinagre y cinco gotas de limón. Aplícalo sobre la piel del rostro y déjalo actuar durante quince minutos. Pasado el tiempo aclárate la piel con abundante agua tibia. No olvides que después de usar limón no es conveniente tomar el sol para que no aparezcan machas, por lo que lo mejor es aplicarte este remedio por la noche.

– Elabora una mascarilla casera mezclando yogur y avena. Déjala actuar en tu rostro durante veinte minutos y después aclárate con agua fría.

– Prepara una infusión de té verde y déjala enfriar. Cuando se haya enfriado empapa una bolita de algodón en el té y utilízalo como tónico. De ese modo tu piel absorberá todas las propiedades del té.

– Extiende una gotas de aceite de rosa mosqueta y aplícalas mediante masajes circulares desde la barbilla hasta el lóbulo de la oreja, siguiendo después hasta la nariz y terminando en las sienes.

– Pon el puño debajo del mentón y abre la boca mientras haces fuerza con la mano, como si quisieras impedirlo. Aguanta la posición cinco segundos y repítelo 5 veces.

– Todos los días antes de acostarte desliza las yemas de los dedos desde la parte exterior del ojo hasta el párpado inferior. Vuelve a la parte exterior del ojo, presiona las sienes y repite el movimiento en el párpado superior.

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Tónico de linaza: Para preparar este tónico necesitas dos cucharadas de linaza o semilla de lino, cuatro cucharadas de agua caliente, dos gotas de aceite esencial de ciprés y un trozo de muselina o una gasa. Comienza moliendo durante unos segundos las semillas de lino para que se abran un poco y después mézclalas con el agua caliente hasta que tengas una pasta espesa. Después añade el aceite de ciprés y remuévelo bien. A continuación extiende la mezcla en la mitad de la tela y dobla la otra mitad para fijar la cataplasma. Aplícala en las aéreas afectadas y cúbrelas con un film de cocina para intensificar la acción del tratamiento. Hazlo dos veces a la semana durante al menos un mes. Notarás sus beneficios ya que La linaza o semilla de lino es rica en mucílagos la cual da tersura y tonifica la piel dejándola fina y suave. El aceite de ciprés resulta efectivo en caso de venas rotas porque contrae los vasos.

Cataplasma de barro: Necesitas 150 g de tierra de batán, 250 ml de zumo de manzana recién exprimido, 1 cucharada de zumo de limón, 2 cucharadas de aceite de almendras, 1 cucharada de miel líquida y 6 gotas de aceite esencial de sándalo. Para preparar la cataplasma mezcla la tierra, el zumo de manzana y el de limón hasta formar una pasta. Después añade el aceite de almendras, la miel y el aceite esencial. Aplica pequeñas cantidades en el cuerpo, comenzando por los pies y siguiendo hacia arriba mientras aplicas un masaje suave. Déjalo secar unos minutos y aclara la piel con agua templada.

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Procura que tus cremas limpiadoras contengan también principios que nutran tu piel. Por ello es bueno optar por las leches limpiadoras o los aceites en emulsión. Si te gustan las cremas, utiliza aquellas que estimulan la función celular para así compensar la falta de colágeno.

Esta pérdida de colágeno, la sustancia que mantiene terasa y elástica la piel, se pierde según nos vamos acercando a la madurez. Por ello, para nuestras cremas de día, debemos elegir aquellas que contengan pigmentos reflectores de luz, ya dan a nuestra piel una apariencia más tersa. Recuerda que, a la hora de aplicar las cremas, no debes estirar la piel del rostro para no intensificar las arrugas.

Debes utilizar siempre productos antimanchas, ya sea para prevernirlas o para combatirlas si ya han aparecido. Si son muy marcadas, puedes eliminarlas con tecnología láser.

Es por la noche cuando debes utilizar productos enriquecidos con tecnología encapsulada que vayan liberando sus principios activos a medida que descansas. Para reforzar dichas cremas, no dudes en utilizar una mascarilla nutritiva y retensora de la piel una vez por semana, para compensar la pérdida de hidratación.

Es importante que los productos que utilices para por la noche contengan entre sus componentes elastina y colágeno para lograr recuperar la firmeza de la pie. También deben contar con vitaminas A, C y E, que tienen efecto antioxidante. Las cremas con calcio te ayudarán a reforzar la piel y a evitar que se descuelgue. Y no te olvides de la crema para el contorno de labios. Es esencial para luchar contra el incipiente «código de barras».

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