Sin embargo, no siempre logramos los resultados deseados y, aunque vemos nuestro rostro más rejuvenecido, no tanto como nos gustaría. Esto se debe a que, si queremos lograr un auténtico rejuvenecimiento de la piel, es esencial devolverle la luminosidad, y observaremos como, casi automáticamente, nuestro rostro se vuelve más juvenil y atractivo. Aquí te mostramos cómo puedes recuperarla:

Peelings semanales

Una de las causas más habituales de la pérdida de luminosidad del rostro es la falta de renovación celular, que hace que se acumulen capas de células muertas, apagando el rostro. Para evitar esto, es esencial que realicemos un peeling suave semanalmente, para eliminar estas células muertas y permitir la renovación de la piel. Es importante que sea suave, para que, al ser semanal, no resulte demasiado agresivo para el rostro, especialmente si tenemos la piel sensible.

Ilumina desde dentro

La piel no sólo se ilumina desde el exterior, sino también desde el interior de nuestro organismo. Para ello, debes llevar una dieta rica en vitaminas C y E y minerales, de forma que la piel esté bien nutrida. Asegúrate de tomar suficiente fibra, para evitar la acumulación de productos de desecho en el intestino. Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol también te ayudarán a devolver la luminosidad a tu rostro.

Nutrir de noche

Si sólo te aplicas cremas una vez al día, procura que sea por la noche, que es cuando la piel se regenera y se oxigena. Asegúrate de que sean adecuadas para tu tipo de piel, especialmente si tienes el cutis graso, para no impedir respirar a la piel.

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– Mascarilla de zanahoria: Para prepararla necesitas una zanahoria, una yema de huevo y un limón. Ralla la zanahoria y mezcla todos los ingredientes en un recipiente hasta lograr una consistencia cremosa. Aplícatela sobre la piel del rostro durante unos minutos y después aclárate la cara con agua abundante. Esta mezcla la podemos utilizar después de un día largo y cansado, ya que, tras aplicártela, comprobarás que tu piel luce perfecta, como si te acabaras de levantar.

– Mascarilla de naranja: Necesitas el zumo de una naranja, una cucharada de miel y leche. Prepararla es muy sencilla, ya que sólo tienes que mezclar los ingredientes, añadiendo la cantidad de leche necesaria para que la consistencia de la mezcla sea cremosa. Aplícatela sobre el rostro y déjala actuar durante media hora. Para terminar, aclárate con agua fría. Puedes utilizarla dos veces por semana para tener el rostro siempre perfecto y durante la media hora de aplicación, nada mejor que tumbarte relajadamente, para que la mascarilla sea más efectiva.

– Mascarilla de soja: Necesitas un cuarto de taza de agua caliente, una cucharada de miel, media cucharada de levadura, cinco cucharadas de avena y tres cucharadas de aceite de soja. Mezcla el agua, la miel, la levadura y el aceite de soja. Después añade poco a poco la avena hasta lograr una pasta homogénea y espesa. Extiéndela sobre la piel del rostro y déjala actuar durante quince minutos. Para eliminarla, aclárate con agua tibia y sécate bien el cutis.

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