Al igual que las barras de labios rojas, el tinte rubio platino se vende más en tiempos de crisis. No sé por qué será porque no es un color fácil de llevar aunque a quien le sienta bien le dulcifica mucho los rasgos, haciéndolos más delicados y dando la sensación de tener la piel de porcelana.

La demostración del auge del rubio platino está personificada en Agyness Deyn (aunque la última vez que la vi tenía el pelo teñido de negro azabache). Ella no tiene el pelo tan claro pero se atrevió a dar el cambio y ya veis el éxito que ha conseguido desde entonces.

Si tu color de pelo es muy oscuro y decides cambiar a un rubio platino, debes pensártelo muy bien. Si tienes las cejas muy oscuras tendrás que aclarártelas (lo mejor es que te lo hagan en la peluquería, cuando te pongan el tinte, si no quieres llevarte un disgusto) sin llegar a decolorarlas por completo (las cejas tan claras anulan toda expresión). Otro detalle a tener en cuenta es tu tono de piel, si eres morenita o tienes muchas imperfecciones olvídate.

El proceso para conseguir este tono de cabello es muy agresivo si tu pelo es muy oscuro ya que habría que decolorar y como ya sabéis el pelo se castiga muchísimo. Si finalmente te decides por la decoloración lo ideal es que te cortes como mínimo unos cinco centímetros de largo para sanear el cabello. A partir de ese momento debes hacerte inseparable de mascarillas nutritivas e hidratantes que aporten brillo y salud a tu nuevo pelo.

Si tu pelo es de un tono medio o rubio no necesitas decolorar previamente. La colección Nordic Colors de Schwarzkopf será tu mejor alternativa.

Si no quieres arriesgarte por temor a que no te favorezca prueba con un tinte en un rubio medio. Después podrás añadir reflejos o mechas en un tono platino para ver qué tal te sienta.
Este color sienta especialmente bien a chicas con el pelo corto o en largos medios, nunca en pelo extralargo (ese lujo sólo pueden permitírselo las rubias naturales).

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