Si nos decidimos a cambiarnos a este tono de cabello, tendremos que estar bastante seguras, ya que es un color difícil de eliminar si no quedamos contentas con el resultado. Si no es así, lo mejor es optar por mechas o reflejos o un pelirrojo rubio que no quede tan destacado y, si nos gusta, la próxima vez que nos tiñamos elegiremos un tono de mayor intensidad.

Si tu color de pelo es rubio natural o castaño claro, para teñirte lo mejor son los tonos cobres, sobre todo si quieres darle un color más vivo. Si no, puedes elegir un tono mandarina u oro, que te dará un toque pelirrojo sin cambiar drásticamente de color.

Si eres morena o tu cabello es castaño oscuro y quieres un cambio total de imagen, nada mejor que los tonos carmesí o, si quieres atenazarlo un poco, un rojo cobrizo.

Para las pieles olivas, lo mejor son los tonos borgoña, ya que combinan perfectamente.

Sea cual sea el tono que elijamos, tendremos que tener en cuenta que el mantenimiento del color en perfecto estado nos llevará más tiempo, ya que uno de los problemas del pelirrojo es que las raíces son visibles rápidamente, sobre todo si somos morenas, por lo que deberemos retocárnoslas al menos una vez al mes, para que el color sea uniforme.

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