El primer paso para ello será aplicarnos el corrector de ojeras para, de ese modo, además de disimularas y con ellas las bolsas, daremos uniformidad a la piel y nos ayudará a definir un poco más los pómulos. Para la base de maquillaje, si tenemos la piel clara elegiremos un tono más oscuro, y si la tenemos oscura, un tono más claro. La aplicaremos principalmente en la frente, los pómulos y la barbilla, y un poquito en la zona de la mandíbula para darle profundidad al rostro.

A continuación definiremos aún más los pómulos y la línea de la mandíbula, aplicando un colorete más oscuro que la base, preferiblemente en un tono rojizo, aunque sin excederte. En los pómulos, aplica el rubor por todo el hueso ascendiendo hasta la sien. Si quieres marcar aún más los pómulos, puedes utilizar dos coloretes, uno más claro para extenderlo hasta la sien y otro más oscuro que marque la línea del hueso, aunque procurando que no quede mucho contraste entre ambos colores, para que el efecto sea perfecto. También puedes darte un pequeño toque de color en la frente.

Para los ojos, lo más recomendable son sombras claras y brillantes, sin olvidarte de la máscara de pestañas.

La nariz también juega un papel importante a la hora de afinar el rostro. Para ello, con una brocha fina, dibuja una línea que vaya desde la ceja derecha a la punta de la nariz con el colorete, difuminándola y haz lo mismo en la izquierda.

Finalmente, aplica un poco de rubor a tus labios y habrás logrado un rostro mucho más fino.

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Los peinados que nos favorecen en estos casos son aquellos que nos proporcionan volumen en la coronilla, porque alargan el rostro, sobre todo si tenemos el pelo corto, ya sea liso u ondulado. También podemos optar por los peinados asimétricos, porque rompen la línea recta del rostro, pero siempre evitando los cortes estilo bob o aquellos que dan volumen en el mentón o en el cuello.

Si tienes el cabello largo, te favorece más llevarlo lacio con un largo por debajo de los hombros, pero despeinándolo en las puntas, con lo que también logramos estilizar el rostro. También se puede ondular ligeramente el cabello, pero siempre proporcionando el mayor volumen en los hombros y despejando el rostro lo más posible.

Los cortes a capas también resultan favorecedores, siempre que las capas comiencen en la parte superior del rostro, y no a la altura del cuello. Debemos procurar también que el cabello tenga cuerpo en los costados de la cara, desfilando las puntas hacia fuera para alargar el rostro, aunque si nos gusta este tipo corte debemos tener en cuenta que será necesario cortarlo periódicamente para mantenerlo.

Tener un rostro alargado nos proporciona una imagen joven, casi aniñada, por lo que si queremos rejuvenecer, podemos dejarnos un flequillo ligero y corto, pero siempre asimétrico, evitando los flequillos rectos y más aún aquellos que caen sobre las cejas.

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