El maquillaje

Para conseguir un efecto lifting con el maquillaje, uno de los primeros aspectos que tenemos que tener en cuenta está relacionado con la elección de la base para corregir todas esas imperfecciones del rostro y unificar el tono de la piel. En realidad es lo que se conoce como maquillaje nude o bien maquillaje antiedad.

La textura en estos casos es fundamental. Siempre se debe elegir una base de maquillaje de texturas ligeras. Es decir, que tienen que ser fluidas porque, así, a su vez se facilita su aplicación.

El tono de la base de maquillaje es otro de los factores que influye y que se debe tener en cuenta. Lo mejor es optar por aquellos que son del mismo color de la piel. Si es más oscuro o tiene una textura muy cubriente, se consigue un efecto de cara como acartonada, aparte de marcarse más las arrugas.

Aplicación

La base de maquillaje tiene que extenderse y difuminarse muy bien. Además, en aquellos casos en los que se tenga el rostro cansado, un buen truco es mezclar la base de maquillaje con una ampolla con efecto flash. La diferencia se nota.

Retoque final

Estos trucos se completan con la aplicación de otros productos de maquillaje para dar color a mejillas, ojos y labios. Siempre queda muy favorecedor poner sobre esta base un poco de colorete o blush o sombras de ojos, siendo necesario que se fundan bien con la piel.

Entre los mejores tonos están los colores neutros o naturales como rosas, beige o marrones claritos. Son tonalidades que igualmente están indicados para los labios, teniendo que elegirlos en función del color de la piel y del cabello principalmente para verse más favorecida y joven.

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Rojeces

Las personas que tienen la piel sensible y en la que es habitual que aparezcan rojeces, o bien se padece rosácea, siempre buscan tratar de ocultar este problema con bases de maquillaje que ofrecen mucha cobertura.

Sin embargo, no da resultado y se crea un efecto poco favorecedor. Lo mejor es optar por aquellas bases de maquillaje que tienen pigmentos minerales correctores o ingredientes calmantes para evitar este tipo de irritaciones de la dermis.

Estas bases tienen además otra ventaja. Suelen crear en la piel una sensación de confort que es muy agradable. Aparte, la mayoría de ellas incluyen factor de protección solar, siendo preferible que te decantes por aquellas que lo incluyan.

Ahora bien, en general, tienes que tener en cuenta que este tipo de productos son más frecuentes en las farmacias y parafarmacias, aunque también puedes encontrar algunas opciones en marcas de cosmética habituales o de alta cosmética.

Luminosidad

Conseguir que el rostro desprenda luz es otro de los objetivos que muchas personas creen misión imposible. Sin embargo, no lo es. Sí se pueden paliar los efectos del cansancio, el estrés o la pérdida de luminosidad que se produce a raíz del envejecimiento de la dermis.

La solución en estos casos pasa por elegir bases de maquillaje que incluyan en su composición la vitamina C, que aporta una gran luminosidad al rostro. Otra buena opción son los productos con pigmentos soft-focus, es decir, que juegan con la luz para disimular las imperfecciones.

No obstante, en aquellos casos más extremos en los que el rostro tenga un tono excesivamente apagado, la solución pasa por utilizar una base de maquillaje que garantice una correcta hidratación de la piel durante todo el día.

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Pruebas

Para conocer con exactitud el color de la base de maquillaje, nada mejor que probarlo. Y ahí es donde se comete uno de los principales errores. Muchas personas tienden a extender una pequeña cantidad en el dorso de la mano.

Sin embargo, la mejor zona para elegir el color correcto es la de la mandíbula. Así se puede observar si, realmente, el color elegido se mimetiza a la perfección con el del rostro, consiguiendo así un doble objetivo: estar favorecida y evitar el efecto careta.

Capas

Otro error habitual es aplicar capas y capas de maquillaje, pensando que así se logra un buen resultado, mayor cobertura y duración. No es así. De hecho, no hay que hacerlo porque solo se consigue crear un efecto de máscara, además de obstruir los poros.

Lo mejor es elegir siempre texturas más fluidas y, si se precisa mayor cobertura, difuminar muy bien toda la base de maquillaje. No hay que olvidar que tapar todas las imperfecciones no es sinónimo de capa gruesa.

Misma base

Y, finalmente, otro de los errores más graves y habituales es utilizar siempre la misma base de maquillaje. Es conveniente saber que la piel va cambiando con el tiempo y no es lo mismo una piel joven que madura.

Además, no tiene las mismas necesidades en invierno que en verano. Por ejemplo, para los días fríos, es recomendable un tono más claro mientras que, para el verano, la elección pasa por tonos cálidos.

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Cremas

Las cremas de cuidado facial son fundamentales para mantener la piel en perfecto estado y evitar la aparición de brillos desde el origen. Cuando se tiene una piel mixta o grasa, lo adecuado es que utilices una hidratante que tenga efecto mate y que, además, ayude a controlar los brillos del rostro.

También es importante que la crema que utilices en el día a día te ayude a regular el nivel de grasa del rostro. Así también evitarás esos antiestéticos brillos.

Cosmética

Además de la crema hidratante de tratamiento, hay otros productos que puedes utilizar para mantener los brillos bajo control. Uno de ellos es la primer o prebase, que se pone antes de aplicar el maquillaje con el fin de cubrir los poros y hacer que dure durante más tiempo intacto todo el color.

Igualmente, es importante la base de maquillaje que elijas. Siempre es conveniente utilizar una que esté libre de aceites para que no se derrita el maquillaje con el paso de las horas y siempre esté perfecta.

Los polvos matificantes son otra opción para ayudarte a conseguir este objetivo, ya que permiten mantener a raya los brillos por su acabado mate y efecto de sellado sobre el maquillaje.

Otros productos

Aparte de estos productos, puedes poner en práctica otros trucos para reducir los brillos del rostro si han hecho su aparición a pesar de haber seguido estos consejos.

La solución pasa por los papeles absorbentes, que ayudan a retirar el exceso de grasa cuando lo necesites. La ventaja es que se comercializan en formatos muy cómodos que permiten que los lleves en el bolso para hacer un retoque en cualquier momento.

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Los errores

La base de maquillaje es el producto de belleza con el que más equivocaciones se comenten. Y no solo con el color, sino también con la fórmula o textura que se elige, ya que una mala elección puede propiciar la aparición de brillos, grasa o que se cuartee la piel, entre otras consecuencias. Para una buena elección, es necesario conocer bien qué tipo de cutis se tiene para comprar el producto específico para ella. En este caso, no es bueno dejarse llevar por recomendaciones de familiares y amigas u otras personas no expertas. Además, también hay que recordar que no se debe abusar de la cantidad que se aplique sobre el rostro.

Otro de los cosméticos más problemáticos es el blush, sobre todo, con la tendencia de crear con él el efecto “buena cara”. Para conseguirlo sin errores, la clave está en evitar la concentración del colorete en el centro de las mejillas para extenderlo bien por el pómulo con una brocha biselada. En cuanto al color, deben ser tonos naturales como los rosados, melocotones o terracotas.

Y en esta lista de problemas con el maquillaje no puede faltar el corrector porque abusar de él crea el efecto contrario: se notan más las líneas de expresión, las ojeras… El secreto para un buen uso de este cosmético radica en elegir el mismo tono exacto de la piel y ponerlo sobre ella con pequeños toques sin tener que arrastrar el producto para que se funda bien con la piel.

Los polvos traslúcidos igualmente son fuente de errores porque se tienen que usar con precaución, puesto que aplicar sobre el rostro capas y capas de productos solo hace que se cuartee o parezca acartonado. De este modo, lo mejor es la moderación.

El maquillaje de cejas suele ser otro de los fallos más graves. Nunca es conveniente elegir los tonos en negro para no endurecer el rostro, sino naturales como, por ejemplo, un marrón y que incorpore un ligero toque de ceniza para matizar las tonalidades rojizas. También es importante elegir bien la textura, evitando las que sean grasas.

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Los consejos

Porque se tiene una fiesta, un evento especial o simplemente porque se quiere ir maquillada a trabajar. Son solo algunas de las razones por las que se hace necesario utilizar la base de maquillaje durante los meses de verano.

El primer consejo que tiene que seguirse a la hora de utilizarlo es elegir bien la textura para que se adapte al calor y a las condiciones del clima del estío. De este modo, siempre es mejor que sea una base de maquillaje waterproof y que, además, tenga una textura ligera para que la piel pueda respirar bien.

Otro requisito que debe tener la base de maquillaje es el factor de protección, aunque esto también es recomendable incluso en el invierno. Lo aconsejable es que incluya un SPF 20 como mínimo.

Para las mujeres que quieran algo más ligero todavía tienen otras alternativas como utilizar las BB Cream o las CC Cream, que aportan un toque ligero de color, la textura es más fluida y también tienen factor de protección. En este caso, lo mejor es elegirlas también con un tono que sea el más parecido al de la piel.

Y, finalmente, otra opción son los polvos de sol. Aunque habitualmente se aplican sobre la base de maquillaje, lo cierto es que se consigue un buen efecto al ponerlos de forma directa sobre la piel del rostro, sobre todo, cuando ya se está algo bronceada. Además, una de sus ventajas es que este producto también tiene factor de protección solar, aparte de no resecar el cutis. También facilita que la dermis respire.

Si los polvos de sol se van a utilizar solos, sin la base de maquillaje, la pauta de uso es extenderlos con una brocha gorda por todo el rostro con pequeños toques, incidiendo más en las zonas de la nariz, frente y pómulos.

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Los maquillajes

Una de las alternativas que hay son los polvos compactos, que son sobre todo ideales para aquellas personas que no les gustan los brillos y buscan una piel que parezca terciopelo, ya que habitualmente estos productos suelen ser matificantes y tiende a absorber la grasa de la superficie de la piel, pero solo en las zonas en las que es preciso. Un motivo por el que es conveniente aplicarlos bien con una esponja por toda la piel, aunque igualmente es posible emplearlos solo en la «zona T» para evitar esos brillos.

Los fluidos ligeros son adecuados para todo tipo de piel y para aquellas mujeres a las que les gustan las texturas más ligeras y no verse maquilladas en exceso. Su particularidad radica en que se cubre el rostro con una capa muy fina que mejora la apariencia y se disimulan las posibles imperfecciones, aparte de añadir más luz a la cara. Su aplicación es sencilla y se puede hacer con una esponja, brocha o con las manos.

También se puede optar por maquillajes de texturas medias, que son una combinación de las bases tradicionales y de las cremas. Este producto ha sido más concebido para ser empleado con pieles que tienden a secarse, ya que aporta más hidratación a la vez que modula la luz que se refleja por las microesferas que incorpora. En este caso, la aplicación debe hacerse con una brocha de fondo de maquillaje.

Por supuesto, en esta lista no pueden faltar los maquillajes longlast, que son aquellos que duran más y aguantan prácticamente todo el día sin problemas. Esta base es más adecuada para aquellas mujeres que tienen una piel normal o con tendencia a mixta dado que este cosmético tiende a absorber la grasa de la piel y su acabado es mate. Su aplicación es algo más compleja, siendo necesario extenderlo bien para evitar el contraste con el resto de la piel, incidiendo sobre todo en pómulos, sienes y cuello.

Y, finalmente, hay que hablar de las fórmulas con plus, que son muy convenientes para las pieles maduras o con tendencia a secarse, ya que suelen aportar una mayor dosis de hidratación, además de incorporar principios antioxidantes, moléculas hi-tech, extractos vegetales… para alisar arrugas, unificar el tono, reducir los poros… Su aplicación es similar a la de los fluidos.

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Los trucos

Para conseguir estar guapa en solo cinco minutos tienes que olvidarte de todos los productos y utilizar simplemente una serie de básicos y que pueden ser utilizados con distintos fines.

Uno de los imprescindibles es el corrector para poder disimular la falta de horas de sueño. Lo mejor es elegir un color que sea un subtono amarillo para que se funda con la piel y pueda disimular también marcas en la dermis que se tengan o bien descoloraciones, pequeñas manchas…

La base de maquillaje tampoco debe faltar. Pero, para ahorrar tiempo, la clave está en no extenderlo por todo el rostro, sino solo en las zonas en las que haga falta. Para ello, se precisa que el color sea lo más parecido al tono de piel para que no se note si no se ha aplicado bien y no haya contraste con el resto de zonas en las que no se ha utilizado.

¿Colorete y barra de labios? La respuesta a esta pregunta es un “no” rotundo cuando se carece de tiempo. La opción es utilizar un único producto en crema que permita dar un toque de rubor en las mejillas y de color en los labios.

Y, ¿qué se hace con los ojos? El imprescindible es el rimel. Con solo aplicarlo la mirada cambia y ahora hay productos que tienen la ventaja de dar volumen, alargarlas, curvarlas… por lo que no se necesita hacer nada más. En el caso de tener un rostro con signos de cansancio, hay que dejar el color negro y optar por el marrón.

Tampoco hay que olvidarse de las cejas, que son fundamentales para definir el rostro. La mayor rapidez para tenerlas listas en poco tiempo es utilizar simplemente un lápiz para definirlas o un gel de cejas para definir y fijarlas y que estén perfectas durante horas.

El primer día puede que hayas agotado los cinco minutos por tener que prestar más atención a las zonas del rostro y a las formas de aplicación de los consejos, pero una vez que se ha adquirido la dinámica, incluso, llega a sobrar tiempo.

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