Cosmética

Cuando se quiere tener una baby skin, lo mejor es usar cremas específicas. Este empleo no es incompatible con otras técnicas o productos que explicaremos más adelante. Es más, una buena crema es la base de una excelente piel.

En este caso, lo que hay que hacer es optar por las cremas y sérums con vitamina C y E, ácido hialurónico, retinoides y péptidos reafirmantes. De este modo, se podrá lucir una piel jugosa sin necesidad de maquillarse y en cualquier momento del día.

Masajes

Otra buena opción –y como hemos dicho complementaria-, son los masajes manuales. Es importante ponerse en manos de profesionales. Los faciliastas conocen perfectamente todos los músculos de la cara.

Con masajes de remonte es posible conseguir resultados realmente espectaculares. Dentro de las posibilidades, está la tecnología Sulyfth. Este sistema es uno de los más beneficiosos, aunque hay que tener en cuenta que el precio suele superar los 100 euros.

Redensificadores

El efecto baby skin se puede conseguir también con la redesinficación con ácido hialurónico. Las infiltraciones de AH a partir de los 45 años permiten vivir como una segunda juventud en cuanto a piel se refiere, ya que aportan una gran hidratación. Aparte, contribuyen a mantener la dermis más firme.

Maquillajes

Y, finalmente, están los maquillajes. En este caso, el consejo pasa por evitar todas aquellas bases de maquillaje que son densas. Es preferible optar por las hidratantes y antiedad porque tienen un color más natural y glow.

Otra alternativa son las BB Cream o las CC Cream. Además, si se usan prebases perfeccionadoras para minimizar los poros, se logran mejores resultados. Igualmente es de gran ayuda utilizar el iluminador en pómulos, nariz y bajo el arco de las cejas.

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El maquillaje

Para conseguir un efecto lifting con el maquillaje, uno de los primeros aspectos que tenemos que tener en cuenta está relacionado con la elección de la base para corregir todas esas imperfecciones del rostro y unificar el tono de la piel. En realidad es lo que se conoce como maquillaje nude o bien maquillaje antiedad.

La textura en estos casos es fundamental. Siempre se debe elegir una base de maquillaje de texturas ligeras. Es decir, que tienen que ser fluidas porque, así, a su vez se facilita su aplicación.

El tono de la base de maquillaje es otro de los factores que influye y que se debe tener en cuenta. Lo mejor es optar por aquellos que son del mismo color de la piel. Si es más oscuro o tiene una textura muy cubriente, se consigue un efecto de cara como acartonada, aparte de marcarse más las arrugas.

Aplicación

La base de maquillaje tiene que extenderse y difuminarse muy bien. Además, en aquellos casos en los que se tenga el rostro cansado, un buen truco es mezclar la base de maquillaje con una ampolla con efecto flash. La diferencia se nota.

Retoque final

Estos trucos se completan con la aplicación de otros productos de maquillaje para dar color a mejillas, ojos y labios. Siempre queda muy favorecedor poner sobre esta base un poco de colorete o blush o sombras de ojos, siendo necesario que se fundan bien con la piel.

Entre los mejores tonos están los colores neutros o naturales como rosas, beige o marrones claritos. Son tonalidades que igualmente están indicados para los labios, teniendo que elegirlos en función del color de la piel y del cabello principalmente para verse más favorecida y joven.

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Piel uniforme

Para lucir un rostro uniforme y que la base de maquillaje que apliques no se agrupe o se parchee, el secreto está en ponerla solo en el centro del rostro –es decir en la nariz, barbilla y frente-, para irla extendiendo hacia fuera con la ayuda de una esponja o brocha.

La extensión por todo el rostro la puedes hacer incluso con la mano al principio, aunque es mejor que luego emplees una brocha o esponja para que se funda bien con la piel y retirar posibles excesos de base de maquillaje.

Naturalidad

Si tu objetivo es lucir una piel con una luz más natural, hay un truco que es infalible. Se trata de mezclar un poco de base de maquillaje con una pequeña cantidad de bálsamo de labios, pero que sea incoloro. Los dos productos tienen que mezclarse bien antes de su aplicación, que se hace como si extendieras una base normal. El resultado es ese estilismo de efecto húmedo o dewy como también se denomina.

Mate

Por el contrario, si lo que buscas es lucir un rostro sin brillos y que tenga un acabado mate, el truco es otro. Aquí la clave está en aplicar primero una base de maquillaje y, sobre ella, poner una capa fina de polvos sueltos, que se deben extender con una brocha corta y gruesa y con pequeños movimientos y toques cortos para que se distribuyan bien por todo el rostro. No te olvides de que el acabado debe ser también homogéneo y no concentrar más cantidad de polvos sueltos en una parte del rostro que en otra.

Piel fresca

Y, si lo que quieres es que el rostro parezca mucho más fresco, se debe incidir en los pómulos. Este efecto se logra utilizando dos tonalidades de colorete. Necesitas que uno de ellos sea más intenso para aplicarlo en el centro de las mejillas, mientras que el otro tono tiene que ser más suave para colocarlo debajo.

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Consejos

Estar maquillada bajo el sol ya no es una misión imposible. Lo único que hay que hacer es elegir bien los productos. Recuerda que siempre es importante que los cosméticos que emplees tengan protección solar y sean resistentes al agua y muy hidratantes. Además, nunca se deben emplear los maquillajes que tienen efecto polvo o matizante, teniendo que optar por los compactos y fluidos que se funden mejor con la piel.

Una buena alternativa son los protectores solares con color, que son fluidos y que proporcionan una buena hidratación. Si se mezcla con una crema hidratante, todavía mucho mejor porque así se evitará que se cuartee. La elección del color es clave. Los tonos beige son los más adecuados, mientras que los rosados no deben emplearse porque la piel tenderá a enrojecerse bajo los rayos del sol.

Y, ¿qué hacer con el resto del rostro? Evidentemente, también puede maquillarse. Por ejemplo, en las pestañas es posible poner máscara, mejor waterproof, pero en tono marrón que aportan una mayor naturalidad y sencillez, además de ser menos agresiva que otros tonos como el negro. Es importante aplicarla solo en la punta de las pestañas para evitar problemas con el agua o con el sudor.

En los labios, puedes poner un poco de brillo labial o bien apostar por los tonos nude o melocotón, que son más discretos, y también permiten aportar mayor volumen, sobre todo, si nos eliges totalmente mates.

Y, ¿qué hacer si el maquillaje se ha estropeado tras el baño? Muy sencillo. Es conveniente tener a mano toallitas o bastoncillos húmedos para hacer retoques, sobre todo, en la zona de la nariz y los párpados o bien en el área de las mandíbulas que ha podido estar en contacto con el agua para que no se note el efecto careta. Si se ha movido mucho el maquillaje, no queda más remedio que retirarlo e hidratar muy bien la piel.

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Consejos

Para lograr una mayor luminosidad, la clave está en el maquillaje que se va a utilizar. Pero no solo este producto es fundamental, ya que puede combinarse con otros cosméticos con el fin de que se luzca ese aspecto.

Por ejemplo, uno de los trucos está en mezclar un poco de base o fondo de maquillaje con una gota de crema hidratante, teniendo que aplicarlo de forma uniforme sobre el rostro previamente limpio. Con esta combinación, se logra que se vea una piel mucho más uniforme, luminosa y con un color natural y más transparente.

Otra alternativa para conseguir este rostro radiante viene del efecto dewy, que están tan de moda este verano y que recordamos que consiste en darle un toque más jugoso a la dermis a la vez que se le añade un aspecto ligeramente húmedo. En este caso, el truco consiste en mezclar el fondo de maquillaje con unas notas de aceite facial. Rápidamente, verás el resultado.

Tonos

Aparte de estos consejos, es muy importante elegir bien los tonos de maquillaje para conseguir y reforzar ese efecto. Para ello, hay una serie de pautas. Por ejemplo, si se tiene la piel rosada, una buena opción es elegir un fondo beige rosado o melocotón, mientras que si el cutis es más bien blanco o amarillento, la mejor elección es un color ámbar o beige cálido. Finalmente, las mujeres que son de piel más morena, tienen que elegir un tono ámbar dorado.

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Maquillaje

A partir de los 60 años no hay por qué renunciar a una base de maquillaje. La clave para utilizarla es optar por una que sea de una textura ligera y con colores que sean naturales, teniendo que evitar siempre los tonos más oscuros y las que sean excesivamente densas porque ponen más años encima.

Ojos

Los ojos son uno de los puntos clave del maquillaje. Sin embargo, en esta época de la vida es necesario decir adiós al lápiz de ojos de color negro porque este tono envejece mucho. El secreto para seguir delineando la mirada es elegir otro que sea de unos tonos más suaves como, por ejemplo, verde, lila o azul. Con una única raya en el párpado puede ser más que suficiente y se evita el problema de que las sombras no queden bien o se desplacen porque esta zona ya está más flácida que antes.

Boca

Es otro de los principales puntos de atención. Pero también hay que tener cuidado. Con el paso de los años, los labios se afinan. Un motivo por lo que es recomendable definirlos con la ayuda de un lápiz. Sin embargo, hay que huir de los colores más fuertes y oscuros, teniendo que elegir aquellos que son rosados y beige para que aporten más volumen. Además, con estos tonos no se notará tanto el llamado código de barras, en el caso de que se tenga. Si existen estas arruguitas en el labio, ya no es posible utilizar tonos rojos, ni siquiera los más claros.

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Piel

El primer paso para conseguir restar años es trabajar en la piel del rostro con el fin de evitar que se vean las posibles imperfecciones. Para ello, no hay que añadir capas y capas de maquillaje o productos con texturas muy densas porque resecan mucho la piel. Es mejor elegir aquellos que son fluidos y ligeros. Y, si hay que tapar imperfecciones que se siguen viendo tras poner el maquillaje, lo mejor es emplear correctores en esas zonas.

Ojos

Siempre se suele decir que los ojos son el espejo del alma. Y es verdad también en belleza. Son una de las partes del rostro en la que más se nota la edad. Para disimular los años, un buen truco es emplear un rizador de pestañas porque así se consigue crear un efecto de párpados más elevados. Luego, hay que utilizar máscara de pestañas, pero sin abusar para que no cree un aspecto de cansancio.

Mejillas

El rubor de la juventud puede recuperarse utilizando colorete. Los colores más adecuados son los tonos pasteles, sobre todo, los que tienen un cierto toque rosado. Además, es de gran ayuda para elevar los pómulos si se aplica ligeramente en dirección hacia la sien.

Labios

En la boca, el truco consiste en aportar volumen a los labios. Este consejo es realmente el más sencillo de aplicar porque solo hay que poner un poco de brillo labial para que se cree el efecto óptico de unos labios más gruesos y carnosos. El color que se elija tiene que ser natural y no excesivamente oscuro. Además, si se van a delinear los labios, el perfilador tiene que ser exactamente del mismo tono.

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Los consejos

Una de las últimas texturas en llegar al mercado español es la denominada cushion, que se diferencia por su esponja impregnada de maquillaje. Es un producto que es ideal para todo tipo de pieles y que ofrece una gran cobertura, además de ser una solución ideal para quienes buscan un maquillaje ligero y que se aplique con gran rapidez.

Otra de las opciones que hay son los fondos de maquillaje en polvo, que son más idóneos para las pieles grasas porque la absorben. Otros puntos a favor de esta textura es la posibilidad que ofrece para hacer retoques de forma rápida y muy sencilla.

Los fondos de maquillaje en crema son quizá la textura tradicional por excelencia. Normalmente, son más idóneos para el día porque tienen un acabado más natural. No obstante, dentro de ellos hay diferentes versiones, que comprenden desde las más untuosas y de mayor cobertura para tapar imperfecciones a la que son más fluidas y que simplemente aportan un toque de color. En este caso, en su elección, siempre se deben valorar las necesidades que se tienen para seleccionar el nivel de cobertura que se precisa.

Y, finalmente, están los fondos de maquillaje en barra. Aunque quizá sean los más desconocidos y utilizados, en realidad, son ideales y unos grandes aliados cuando hay que borrar o disimular imperfecciones. Su lado negativo, es que no es adecuado para pieles mixtas o grasas porque tienen más concentración de aceites que el resto de las fórmulas. No obstante, si se tiene la piel normal o seca siguen siendo una buena solución. Además, también son fáciles de aplicar.

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Los trucos

Para salir mejor en las fotos, el principal punto de partida es un buen fondo de maquillaje, siendo lo más conveniente elegir aquellos que se denominan de “efecto buena cara” porque están preparados para irradiar más esplendor, además de unificar el tono de la dermis e iluminar más el rostro.

Este resultado todavía se puede mejorar si se emplea bajo esa base una prebase alisadora con la que se ve una piel más uniforme y lisa al taparse o disimularse poros dilatados o pequeñas arrugas.

Tras estas pautas, otra de las claves es utilizar la técnica del contouring, que emplean muchísimas famosas y, por si no lo sabes, recordamos que consiste en iluminar las zonas con más volumen para redefinir las facciones utilizando dos tonos de color diferentes.

Los colores oscuros tienen que ponerse en las zonas a esculpir como el área bajo el pómulo para potenciar su relieve o la línea de la mandíbula en el caso de que sea prominente o el mentón, entre otras zonas.

Por el contrario, hay que emplear los tonos más claros para iluminar y destacar las áreas que tienen que tener más volumen o relieve como la parte alta de los pómulos y el centro de la frente y de la barbilla. Es importante difuminar bien el uso de los colores claros y oscuros para que no se note.

El maquillaje se finaliza con unos polvos traslúcidos que se deben aplicar con una brocha, sobre todo, en la denominada zona “T” del rostro para tener un mayor control de los brillos. Así, ya tienes la piel perfecta para hacer las fotos.

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Maquillaje

A la hora de aplicar base de maquillaje, en las pasarelas de las principales firmas de moda se ha apostado por dos tendencias claras: el nude o bien la piel de muñeca. En el caso del nude, la clave está en lucir un rostro muy natural, que parezca que no se lleva maquillaje, pero con el que se resalta la belleza de la mujer. Un look que se consigue con texturas muy ligeras de maquillaje y tonos idénticos a la piel del rostro, aunque también es posible lograrlo con BB Creams o similares y con polvos traslúcidos.

Para lucir el rostro de muñeca, igualmente hay que apostar por la naturalidad y utilizar texturas ligeras y colores naturales, poniendo el foco en corregir las imperfecciones de la piel. Este estilismo se acompaña de un pequeño toque de rubor en las mejillas en tonos rosados o anaranjados, según el color de la dermis.

Y un dato muy importante es que se dice adiós al contouring, que tanto han popularizado las famosas, para dar paso al strobbing, que llega con gran fuerza. Es decir, ahora se trata de dar luz al rostro, pero de forma natural haciendo uso de iluminadores o de polvos iluminadores.

Ojos

Para maquillar los ojos, hay tres tendencias para este año 2017 muy claras. Una de ellas se centra en las sombras, siendo una de las opciones los tonos cálidos. De esta manera, se pone un toque rojizo o anaranjado a los días más fríos. Su aplicación es sencilla, tan solo hay que poner esta sombra en la zona del lagrimal, en la línea de agua inferior o bien en la “v externa”. Además, un buen truco para que favorezcan más estos tonos es combinarlos con sombras que tengan como base los colores marrones o dorados.

La otra alternativa son las sombras con brillo, que siguen siendo tendencia. En este caso, su aplicación es similar a las anteriores, pudiendo utilizar cualquier tonalidad. Y, finalmente, para las que sean amantes del eyeliner, este producto sigue siendo tendencia, aunque ahora irrumpe con un cierto toque dramático y felino. La clave está en un trazo único en negro y ligeramente difuminado, conviertiéndose en el gran protagonista del rostro.

Por supuesto, no hay que olvidarse de las pestañas, que se siguen llevando con el máximo volumen, curvatura y longitud. El rimel se convierte así en el gran aliado, al igual que las pestañas postizas.

Labios

Los labios no son ninguna excepción y para maquillarlos se imponen dos tendencias principalmente. Una de ellas son los colores oscuros -casi parecen negro-, de manera que se apuesta por los tonos ciruela y burdeos en sus tonalidades más oscuras tanto en brillo como en mate para poner el foco de atención solo en la boca.

Para las menos atrevidas, la tendencia pasa por emplear la barra de labios roja. Realmente, se puede utilizar cualquier tono de rojo, aunque aquí ahora se imponen los labiales mate.

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Los trucos

El primero de los consejos que se tiene que seguir es elegir bien una base de maquillaje, ya que es fundamental para evitar los brillos producidos por la grasa de la piel. Es importante, utilizar una que esté libre de aceites en su composición, así como que sea mate. Clave es huir de las que son satinadas porque aumentan más ese efecto de piel brillante.

Esta base de maquillaje se tiene que poner, sobre todo, en las partes del rostro que son más conflictivas en una piel mixta. Es decir, la denominada “Zona T”, que incluye la frente, la nariz y la barbilla. De este modo, con ella, hay que cubrir bien todo ese área, sin olvidarse de las aletas de la nariz. En el caso de se tengan granos, es conveniente aplicar primero un corrector, que también debe ser libre de aceites, y luego ya incidir con la base de maquillaje.

El siguiente paso es extender polvos de maquillaje para ayudar a fijar la base. Además, este producto tiene la ventaja de que ayuda a que el rostro parezca más seco, lo que beneficia a este tipo de pieles.

Dentro de estos productos, las mejores opciones son los polvos minerales traslúcidos, sueltos o compactos, siendo conveniente extenderlos sobre el rostro con una borla y haciendo una pequeña presión sobre el cutis, principalmente, en la “Zona T”.

Y, para que este maquillaje permanezca intacto, siempre es bueno llevar consigo, por si hay alguna emergencia, papeles de arroz o antibrillos porque ayudan a retirar los brillos y el exceso de la grasa sin que se produzcan alternaciones.

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Los consejos

Aunque la mujer tenga una piel a la que le cueste broncearse, en realidad, el tono cambia igualmente, aunque en menor medida, al estar más expuesta a los rayos solares o con tan solo pasar más tiempo en la calle y al aire libre.

En el caso de estas mujeres que tienen una piel que es difícil que se broncee y que, habitualmente, tiende a ponerse roja con el sol, la mejor opción es utilizar una base con una textura ligera y en la que el color sea el de un bronceado suave.

Además, también son una buena opción los geles o fondos transparentes, que tan solo aportan un ligero toque de color y que llevan partículas nacaradas o doradas con las que se consigue aportar luminosidad al rostro.

En cualquiera de estas alternativas, el maquillaje debe completarse con los polvos de sol, que se tienen que elegir en un tono claro y tirando a dorado. Su aplicación debe hacerse en la nariz, frente y mentón.

Por su parte, las mujeres que tengan la piel más morena y bronceada deben utilizar una base de maquillaje que sea igual que el tono de su dermis o bien prácticamente transparente. Además, se debe optar por las que sean muy hidratantes y que incorporen partículas en tonos dorados o bronce para potenciar el bronceado.

Igualmente, se debe finalizar con los polvos de sol, que son un producto imprescindible para el verano. El tono es recomendable que sea un poco más oscuro que el de la piel y que aporte un aspecto mate a la piel. Su aplicación se realiza desde el mentón hacia la sien. Y, si se quiere un poco más de luminosidad, la clave está en el blush en tono albaricoque o terracota, pero solo para las mejillas.

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Los consejos

Una mujer de 40 años lo primero que debe tener en cuenta a la hora de maquillarse es que la base que necesita no es igual que las que empleaba con anterioridad. Ahora, es mejor apostar por las que tienen efecto lifting, además de no utilizar las que tienen demasiada cobertura para evitar que las capas demasiado gruesas de maquillaje resalten las arrugas.

También es muy importante no usar delineador de ojos porque es un producto que tiende a endurecer la mirada y que puede contribuir a que la persona parezca que tiene más años de los que realmente ha cumplido. En el caso de que se quiera delimitar la mirada, hay que tener mucho cuidado en utilizarlo, sobre todo, en el párpado superior.

Con el colorete igualmente hay que ser cautas y no abusar ni utilizar colores demasiado fuertes. Para esta zona del rostro, hay que seguir la máxima de que “menos es más”. Lo mejor es aplicar solo un poco de producto para que el rostro aparezca con un ligero rubor en las mejillas.

Y, finalmente, otro de los focos de atención son los labios. Una apuesta segura es utilizar colores naturales como los tonos beiges, rosas palo o terracotas, tratando de evitar las tonalidades más llamativas y los labiales que son muy brillantes porque este tipo de productos solo acentúan y hacen más visibles los posibles defectos que se puedan tener en esta parte de la cara como las pequeñas arrugas alrededor de la boca.

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Las claves

La razón de poder aplicar el maquillaje mineral en las pieles sensibles no es otra que este tipo de cosméticos no tiene fragancias ni pigmentos sintéticos por lo que no irrita ni altera la dermis.

Pero, para aprovechar bien estas ventajas, es conveniente saber cómo hay que utilizarlo. Una de sus principales claves es que siempre se tiene que aplicar con la piel bien hidratada, siendo una buena opción elegir aquellas que no tienen aceite aunque, evidentemente, lo más importante es que se adapte bien al tipo de piel.

Una vez se ha extendido la crema hidratante, es conveniente dejar pasar unos diez minutos aproximadamente para que penetre bien en la piel y no se mezcle en la superficie con el maquillaje mineral y se haga como una especie de masilla.

Este tipo de maquillaje siempre queda mejor si se utiliza una brocha para su aplicación, ya que es habitual que su textura sea en polvo. Y, ¿cuál utilizar? Es fácil. Elige una brocha que sea gorda y de cerdas naturales para evitar problemas con la piel. Además, al tener mucho pelo, se extenderá mejor todo el maquillaje de forma uniforme y no se producirán excesos. Sin embargo, en la zona de los ojos, es aconsejable emplear los dedos para tener cuidado de que no entre producto.

Y, ¿cómo se quita el maquillaje mineral? No hay problema porque es un producto fácil de desmaquillar. Con el desmaquillante habitual o bien con agua micelar y un algodón se retira con suavidad.

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