Precorrector

Muchas personas famosas aseguran que uno de sus principales trucos de belleza o para lucir un rostro perfecto emplean el corrector de color como un precorrector. ¿Es posible? La respuesta es que sí, aunque hay que tener en cuenta una serie de cuestiones.

La primera de ellas es que hay que tener buenas nociones de maquillaje y ser hábil para hacer este uso para poder conseguir buenos resultados y no se note. La clave está en aplicar primero el corrector de color adecuado sobre la imperfección para, posteriormente, usar un corrector natural en función del color de piel de cada persona. Esto hace que no sea necesario usar base de maquillaje después en esta zona.

Es así un truco de maquillaje que requiere de mucha destreza porque, incluso, esta aplicación permite jugar con varias tonalidades claras y oscuras para dar un aspecto más juvenil al rostro.

Más fácil

Mucho más fácil es hacer el uso del corrector de la manera tradicional porque se requiere menos destreza a la hora de maquillarse y se consiguen también muy buenos resultados.

En este caso, el primer paso es poner primero la base de maquillaje porque así se disimulan ya las imperfecciones del rostro y evita que el rostro se sobrecargue. A veces, incluso, en función de la imperfección, suele ser suficiente así o bien, si se precisa corrector, su uso queda relejado a la zona de la ojera o alguna mancha o granito puntual que haya aparecido en la piel del rostro.

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Primeros pasos

Antes de aplicar el corrector, es importante dar unos pasos previos. El primero de ellos es preparar la piel. En este caso, se recomienda que tenga una buena hidratación, siendo recomendable aplicar la crema que se emplee para tratamiento habitual.

De esta manera, se consigue que la base de maquillaje, que se tiene que poner a continuación, se funda mejor con la piel. Esto a su vez, facilita conseguir mejores resultados con los correctores.

A la hora de aplicar la base tras hacer la hidratación, hay que tener en cuenta unos consejos para extenderla. Lo mejor es emplear una brocha, aunque también es posible con los dedos. El truco está en que se tiene que incidir para que se extienda y absorba muy bien con el fin de que no se sature la piel para poner después el corrector.

Corrector

Tras este paso, es el momento de aplicar el corrector que se necesite en función de la imperfección a cubrir, ya sean ojeras, manchas, rojeces… La cantidad que se debe poner es poca para poderla fundir bien y conseguir ese efecto camuflaje.

Una vez aplicado el corrector, es conveniente esperar dos minutos a que se asiente para, luego, dar unos toques con el dedo para difuminar los posibles pliegues que se hayan podido formar en las líneas de expresión.

Matificar

Y, finalmente, toca matificar. Es decir, sellar con polvos traslúcidos para que no se note el corrector. Es importante que estos polvos sean finos para que no se vea el rostro demasiado empolvado.

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Bronceado

Para disimular las estrías, se pueden poner en práctica varios trucos. Uno de ellos es hacer que la piel esté bronceada. Y es que el tono dorado de la piel es una de las mejores maneras de poder disimular las marcas y estrías de la dermis.

Y, ¿cómo se consigue? Hay varias opciones. Una de ellas es simplemente tomar el sol para que la piel se broncee de forma natural, aunque no hay que olvidarse de ponerse protección solar porque siempre se debe cuidar la dermis.

Otra de las alternativas es aplicar cremas autobronceadoras con las que, por ejemplo, se pueden conseguir buenos resultados para conseguir disimularlas totalmente o en gran parte.

Corrección óptica

Aparte de mostrar una piel bronceada, igualmente es posible recurrir a otros trucos. Uno de los más efectivos es aplicar correctores para tapar las estrías tal y como se hace con otras imperfecciones del rostro. Es un truco que, además, sirve para las estrías con independencia de donde estén, incluyendo cadera, piernas, escote y pecho.

La clave está en aplicar un corrector de ojeras en la zona. Aquí, es muy importante elegir bien el color en función de la tonalidad de las estrías para lograr conseguir disimularlas del todo y que no quede ni rastro de ellas.

De este modo, se recomienda un corrector verdoso si la estría es de color rojizo, mientras que habrá que emplear uno del color parecido al de la piel en el caso de que sean blanquecinas.

Posteriormente, tras aplicar el corrector, siempre se debe utilizar una base de maquillaje translúcida para unificar ambos tonos y que no se note la presencia del corrector. Y, con estos pasos, ya estás lista para lucir las prendas de verano sin problemas.

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El corrector

Esta línea de productos se comprende de un corrector que está especialmente indicado para cubrir las ojeras para lo que se lanza disponible en dos formatos para elegir entre la textura en líquido o la de barra.

Su textura es más densa y cubre más que la del concealer, que igualmente se puede utilizar para las ojeras, manchas o párpados. Su utilización es sencilla, ya que solo hay que poner un poco de producto sobre la zona que se quiere cubrir con la ayuda de una esponjilla, cepillo o las yemas de los dedos. Para su correcto uso, la marca recomienda aplicarlo antes del maquillaje, pero después de la crema hidratante.

El concealer

El concealer o corrector de color como también se le conoce se puede utilizar para disimular las ojeras, manchas, poros y otras imperfecciones, pero que sean menos acentuadas, ya que su textura es más ligera que la del corrector, aunque más densa que la de una base de maquillaje.

Además, el concealer es mejor utilizarlo para zonas más amplias del rostro en las que haya que cubrir imperfecciones. Su uso es igualmente muy sencillo. Solo se aplica una pequeña cantidad en la zona y se difumina después con una esponja, cepillo o con los dedos.

Perfector

Finalmente, la gama de Delfy se completa con el perfector, que es un corrector líquido en tono verde para las manchas y una barra bronceadora para los labios y las mejillas. De esta manera, se tapa cualquier imperfección de tono rojizo, rosáceo o los capilares rotos.

Su empleo es fácil. Se aplica el producto en la zona y se cubre con la ayuda de una esponja, cepillo o yemas de los dedos. Siempre se pone antes del maquillaje con la excepción de la barra bronceadora, que se aplica después.

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Líquido

El corrector líquido está más indicado para tapar las imperfecciones del rostro y las ojeras porque suelen ofrecer una cobertura que es media. Además, tienen la ventaja de que son bastante fáciles de aplicar. El lado negativo está en que no se pueden utilizar con todos los tipos de pieles, ya que no es idóneo para cutis grasos.

En polvo

Otra de las posibles texturas que podemos encontrar en los correctores es en polvo. A diferencia del corrector líquido, este tipo tiene la característica de que es el más adecuado para las personas que tengan la piel grasa. También está indicado para tapar cualquier imperfección del rostro.

En barra

Esta textura quizá sea la más popular, aparte de ser una de las que mayor cobertura ofrece por lo que prácticamente puede tapar cualquier tipo de imperfección de la piel. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es más difícil de extender por lo que hay que trabajarlo más para que se funda bien con la dermis. Su correcta aplicación es fundamental porque tiende a acumularse en las líneas de expresión.

Y, ¿para quién es idónea esta textura? Principalmente, es más recomendable para pieles jóvenes y que estén muy bien hidratadas porque, en caso contrario, se nota una dermis más seca y se marcan más las líneas de expresión.

Pincel

En las tiendas de cosmética y belleza también se puede encontrar el corrector en pincel. Su textura es parecida a la del corrector líquido, pero tiene la ventaja añadida de que su aplicación es más fácil por la incorporación del pincel. Además, no es necesario trabajar demasiado el corrector para conseguir un buen efecto.

Mousse

El corrector con textura tipo mousse se define por ofrecer una gran cobertura para tapar las imperfecciones. Además, crea un efecto más bonito porque su textura es ligera y queda con un efecto polvo al entrar en contacto con la piel.

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Ojos

Para conseguir unos ojos más grandes, hay que trabajar principalmente en dos frentes: los ojos y las cejas. Pero vamos por partes. En primer lugar, se deben maquillar los ojos. Y un paso fundamental es acabar con las ojeras sin que se note. Esto se consigue empleando el corrector, pero hay que hacerlo de forma adecuada para que no se note. ¿Qué hay que hacer entonces? Ponerlo sobre la base de maquillaje y elegir un tono que sea tirando a melocotón, en lugar de los más beige e incluso blancos.

A continuación, toca maquillar los ojos para destacarlos. El mejor truco para conseguirlo es aplicar una sombra de color claro en el párpado móvil y dar además un toque de polvos de sol debajo de las cejas. Este contraste hará que los ojos ganen también en expresividad.

En función del tono de sombra que elijamos conseguiremos un efecto u otro. Las mejores tonalidades son los rosas y melocotones. Por ejemplo, el color rosa claro permite suavizar los rasgos, mientras que los tonos melocotón son para tener una mirada un poco más llamativa.

Y todo ello, por supuesto, se completa con una buena capa de rimel para lucir las pestañas. En este caso es mejor optar por las máscaras de color marrón porque las de color negro pueden hacer que el ojo sea más pequeño. También se pueden utilizar pestañas postizas, que abren la mirada.

Cejas

Y, finalmente, hay prestar atención a las cejas, sobre todo, cuando se tienen poco pobladas o son claras. El truco aquí es aplicar sombra de ojos de un color que sea un tono más claro que el pelo. También es posible hacerlo con un lápiz de ojos, aunque aquí se requiere más habilidad para conseguir un resultado natural.

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Cuidados

Como en todo maquillaje, tener una buena piel es lo mejor. Para ello, a esta edad tampoco se debe descuidar la hidratación. Normalmente, al ser una piel sin imperfecciones, puede ser suficiente con emplear solo una crema hidratante con color, que sea parecida al tono de la piel, en lugar de una base de maquillaje. Dentro de los rituales de belleza, no puede faltar la limpieza diaria para quitar cualquier resto de maquillaje o la suciedad que ha acumulado la piel a lo largo del día.

Cosméticos

A la hora de maquillarse, es el momento de probar tendencias y de crear diferentes looks. Es una edad en la que se puede pasar de un estilismo a otro sin grandes problemas, puesto que el rostro permite pasar de unos labios rojos y de un estilo muy sexy a uno más natural y sensual. No obstante, no es bueno excederse ni en productos a aplicar ni en colores porque se parece mucho más mayor de lo que se es.

Con independencia de la opción elegida, hay una serie de cosméticos que son básicos a esta edad. Uno de ellos es la máscara de pestañas, mientras que la otra es el brillo de labios, pudiendo utilizarlo con un toque de color rosado o rojo. Solo con estos dos productos, ya se mostraría un look fresco y juvenil sin necesidad de nada más.

Incorrecciones

A estas edades, en general, todavía no hay líneas de expresión, arrugas, manchas faciales…. Sí puede haber algún granito, que puede camuflarse con un corrector de tono verde. En el caso de que el problema sea mayor y se tenga acné, hay que recurrir a los tratamientos específicos y cosméticos idóneos.

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Bases

Cuando se está en la etapa de los 30 años ya empiezan a verse algunas imperfecciones, que conviene ocultar, además de comenzar a percibirse el cansancio en el rostro y los primeras arruguitas.

La base de maquillaje se convierte –sí en esta ocasión también-, en la mejor aliada. Pero hay que elegirla bien. En el caso de que las imperfecciones no sean muy visibles, la mejor opción es emplear una BB Cream porque aporta color y trata los primeros signos de la edad. Además, llevan filtro solar.

Si hay que camuflar o disimular más aún las imperfecciones, la clave pasa por emplear un corrector amarillo para las ojeras, uno verde para las rojeces o granitos, teniendo que aplicarlos antes que la BB Cream. El maquillaje se completa con un toque de rubor en las mejillas en un tono claro y mejor rosado.

Ojos

Con los consejos anteriores ya se estaría lista. Sin embargo, si se quiere ir más maquillada, el foco hay que ponerlo en los ojos. Un look natural se consigue con unas sombras suaves, mientras que para la noche se pueden utilizar en tonos más intensos.

No hay que olvidarse de definir bien las cejas y las pestañas para enmarcar bien la mirada. A esta edad, todavía es posible aplicar rimel de color negro, mientras que para las cejas se tiene que utilizar un tono que sea similar al de su color natural.

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Los consejos

El primero de los trucos es utilizar corrector. La elección de su tono es muy importante. De este modo, se tiene que optar por el beige o rosa pálido en los casos en los que las pieles sean claras, mientras que un color tirando a melocotón es más indicado para las dermis más oscuras.

No obstante, no hay que olvidarse de una importante máxima: el color del corrector tiene que ser ligeramente más claro que el de la piel para ocultar las ojeras sin que produzca un resultado artificial.

Y, en el caso de que las ojeras sean muy pronunciadas, siempre es conveniente aplicar previamente un corrector en tono amarillo porque así se pueden camuflar mejor cuando son muy intensas o marcadas.

Su aplicación también es relevante y es ahí, además, donde muchas mujeres fallan. El secreto está en aplicarlo con pequeños toques para extenderlo haciendo uso de las yemas de los dedos. Bajo ningún concepto se tiene que frotar o arrastrar. La dirección debe ser desde el lagrimal hasta los pómulos.

Cuando se tienen ojeras, aunque se camuflen, igualmente importante es elegir la sombra de ojos. La regla es optar por aquellos tonos más bien cálidos porque facilitan disimularlas aún más y permiten desviar la atención hacia otras zonas del ojo y del rostro.

Y, finalmente, hay que acordarse de no tocar la zona ni de masajearla, siendo tan solo conveniente aplicar productos específicos de hidratación y también los que son para tratar las ojeras y que refrescan toda esa zona.

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Los trucos

Para conseguir estar guapa en solo cinco minutos tienes que olvidarte de todos los productos y utilizar simplemente una serie de básicos y que pueden ser utilizados con distintos fines.

Uno de los imprescindibles es el corrector para poder disimular la falta de horas de sueño. Lo mejor es elegir un color que sea un subtono amarillo para que se funda con la piel y pueda disimular también marcas en la dermis que se tengan o bien descoloraciones, pequeñas manchas…

La base de maquillaje tampoco debe faltar. Pero, para ahorrar tiempo, la clave está en no extenderlo por todo el rostro, sino solo en las zonas en las que haga falta. Para ello, se precisa que el color sea lo más parecido al tono de piel para que no se note si no se ha aplicado bien y no haya contraste con el resto de zonas en las que no se ha utilizado.

¿Colorete y barra de labios? La respuesta a esta pregunta es un “no” rotundo cuando se carece de tiempo. La opción es utilizar un único producto en crema que permita dar un toque de rubor en las mejillas y de color en los labios.

Y, ¿qué se hace con los ojos? El imprescindible es el rimel. Con solo aplicarlo la mirada cambia y ahora hay productos que tienen la ventaja de dar volumen, alargarlas, curvarlas… por lo que no se necesita hacer nada más. En el caso de tener un rostro con signos de cansancio, hay que dejar el color negro y optar por el marrón.

Tampoco hay que olvidarse de las cejas, que son fundamentales para definir el rostro. La mayor rapidez para tenerlas listas en poco tiempo es utilizar simplemente un lápiz para definirlas o un gel de cejas para definir y fijarlas y que estén perfectas durante horas.

El primer día puede que hayas agotado los cinco minutos por tener que prestar más atención a las zonas del rostro y a las formas de aplicación de los consejos, pero una vez que se ha adquirido la dinámica, incluso, llega a sobrar tiempo.

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Las claves

Con independencia de la imperfección que se quiera ocultar, como regla general cabe decir que el corrector que se elija, si no es posible tener uno para cada problema, tiene que ser un tono más claro que la piel. Además, siempre es conveniente aplicarlo sobre la base de maquillaje para conseguir una mayor cobertura, pero sin llevar capas y capas y, en consecuencia, reducir la visibilidad de esa parte de la cara.

Uno de los problemas más difíciles de solucionar son las manchas de la piel. Ya sean porque han aparecido por el sol, por la edad, por determinados tratamientos médicos… Da igual. Parece que siempre están ahí por más que te maquilles. Para evitar este problema, tienes que optar por un corrector que tenga un tono naranja, ya que este color sí las oculta. Posteriormente, debes aplicar tu corrector general encima. Verás como sí que dirás a la mancha adiós, aunque solo sea mientras dure el maquillaje.

Las rojeces o pequeñas venas que, a veces también aparecen en el rostro, son otro problema importante. Para ello, tienes que optar por un corrector de color verde. Aunque resulte extraño es el único tono que consigue neutralizar su efecto. Y no, no te asustes, que en la cara no queda verde.

Para las ojeras igualmente hay correctores específicos. En este caso, el color de corrector depende de cómo sean las ojeras. Normalmente, la mayoría de las personas tienden a tenerlas en tonos como morados. Si es tu caso, el corrector debe ser rosado. Pero si son más bien de las que tiran a tonos marrones, entonces el corrector debe ser en tonos naranja.

Y, finalmente, hay que hablar de los granos. Realmente son difíciles de ocultar porque no son planos, tienen relieve, y es ahí dónde está el problema. En este supuesto, hay que optar por un corrector de alta cobertura. Incluso puedes jugar con los colores que hemos comentado anteriormente, porque hay veces que los granos también tienen un tono rojizo o como el de una mancha. Y, si no puedes disimularlo del todo y no es muy grande, a lo mejor es el momento de improvisar con una falsa peca o lunar, que te puedes dibujar de forma sensual.

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