El proceso

Lo primero que hay que tener claro a la hora de retirar el esmalte de una manicura permanente es que nunca hay que arrancarlo porque tiene una mayor adherencia que los tradicionales o convencionales y se puede hacer daño a la uña.

Dado este consejo, que es muy importante, vamos a contar los pasos que se tienen que dar en casa para eliminarlo. El primero de ellos es coger acetona. Hay que tener en cuenta que tiene que ser acetona pura porque los quitaesmaltes tradicionales no funcionan con este tipo de lacas de uñas y no se eliminará.

Con este producto hay que impregnar cinco algodones, como los que se emplean para desmaquillar, para aplicar cada uno de ellos sobre una uña, pero sin frotar sobre ellas.

A continuación, se tiene que coger papel de aluminio, como el que se tiene en la cocina. Con él, hay que hacer trozos con los que envolver cada uña, de manera que el algodón quede bien sujeto con el papel de aluminio y pegado a la uña.

Una vez están los dedos con el algodón y envueltos en el papel de aluminio, se tiene que dejar pasar entre cinco y diez minutos. Tras este tiempo, se retira el papel de aluminio a la vez que el algodón.

Posteriormente, solo queda retirar los restos de esmalte con la ayuda de un palito de madera o de naranjo y pulir la uña con una lima de grano fino. El pulido debe ser ligero. El proceso termina con la hidratación, que tiene que hacerse con un aceite o crema hidratante. Una vez se ha terminado, hay que comenzar todo el proceso con las cinco uñas de la otra mano.

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Los consejos

Para mantener en buen estado las uñas es importante vigilar las vitaminas y minerales que se toman, siendo conveniente ingerir vitamina A, que se encuentra en productos como los tomates o los pimientos rojos, así como la vitamina E, presente en maíz o nueces, entre otras. También todas aquellas vitaminas del grupo B, que son fundamentales para que no enfermen. Tampoco hay que olvidarse de tomar proteínas, siendo lo recomendable tomar dos porciones del tamaño de la mano.

La protección y cuidados son otros imprescindibles que no pueden faltar, siendo conveniente utilizar guantes, pero con interior de algodón para que realmente protejan, además de mantenerlas bien hidratadas para lo que se pueden hacer mascarillas caseras elaboradas con aceite de oliva, que se empapa en un algodón y se deja actuar unos 15 minutos aproximadamente.

El aceite igualmente es de gran utilidad a la hora de retirar las cutículas, siendo una mala costumbre empujarlas porque se puede hacer que la nueva uña crezca mal. Además, otro mal gesto es pasar la lima, cuando lo recomendable es solo limar los bordes y no reducir su grosor. Solo hay que utilizar las que no sean metálicas ni las de grano gordo y, siempre que sea posible, es preferible emplear un pulidor en lugar de la lima.

Y, a la hora de quitar el esmalte de uñas, hay que tener cuidado para no agredirlas, de manera que es mejor empapar un algodón en el quitaesmalte y envolver la uña durante unos segundos y no frotarlo. Cuando el esmalte es muy oscuro, un buen truco es, tras quitar la laca de uñas, blanquearlas sumergiéndolas en agua caliente con agua oxigenada y bicarbonato.

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Pero, para las que, como yo, todavía no conozcáis este producto, tengo que decir que he encontrado la solución. Es casi un sueño: el quitaesmalte de uñas Bain Dissolvant de Sephora. ¡Lo desearéis!

Todo en uno

Transportaos un momento a la escena de eliminar el esmalte de vuestras uñas. Tenéis algodones y quitaesmalte, si es sin acetona mejor que mejor. Parece algo simple pero entonces empiezas empapando el algodón, cae demasiado líquido, el algodón gotea, empiezas a desmaquillarte una uña, todo bien, pero a la segunda el algodón empieza a engancharse… Ya no sirve, volvemos a empezar.

Seguramente con la siguiente uña tendrás más cuidado a la hora de empapar el algodón, te quedarás corta de quitaesmalte, y tus uñas parecerán algodón de azúcar… Pues tengo que decir que esto se ha acabado. Este producto de Sephora es todo en uno: quitaesmalte sin acetona y esponja.

Bain Dissolvant de Sephora

La estrella de las estrellas. En este potecito está la solución para nuestras uñas. Una esponja incorporada, siempre empapada de un quitaesmalte sin acetona que, además, hidrata las uñas, es perfecta para evitar ponerlo todo perdido a la hora de quitarnos el esmalte.

Sólo hay que meter el dedo en el orificio entre las dos esponjas y dar vueltas. En menos de un minuto tus uñas estarán limpias y sin rastro de esmalte. Además, claro está, de no desperdiciar media bolsita de algodones y un montón de quitaesmalte. Es sencillo y por un precio más que asequible tendréis quitaesmalte y algodones para más de seis meses. No dejéis de probarlo.

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