Qué es

El aura blush es una técnica de maquillaje para aplicar el colorete con la que parece que se ha tomado un poco el sol. De este modo, parece que las mejillas tienen la tonalidad de esos primeros días de sol al crear como una especie de aura, de ahí su nombre, en las mejillas y extenderla hacia las sienes.

Colores

Una de las claves de aplicación del aura blush es combinar tres tonos de colorete. La mejor opción es que los tres estén dentro de la gama de rosas y rojos de mayor y menor intensidad. No obstante, también es posible elegir otros colores como solo rosas o melocotón en función de la tonalidad natural de la piel.

Incluso la elección de color está abierta a otras tonalidades si se quiere un maquillaje más creativo o sofisticado. En general, la opción pasa por emplear la gama de amarillos, ya que van adquiriendo un tono un poco más anaranjado.

El aura blush también abre la puerta a la combinación de los tres tonos de diferentes gamas. De esta forma, es posible unir la gama de rosas con la de rojos y las tonalidades tipo melocotón.

Aplicación

Para conseguir un buen resultado, por ejemplo, primero se puede usar el tono melocotón para extenderlo hacia la sien y elevar el pómulo. A continuación, se extiende un color magenta de forma circular por la mejilla. El maquillaje finaliza con un toque de naranja intenso o rosa centrado en la zona de la “manzana” de la mejilla.

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Piel apagado

Cuando el rostro se ve apagado, la clave está en recurrir a los cosméticos que contienen vitamina C, que es la encargada de aportar la luminosidad a la piel. Una buena opción es hacer uso de ampollas y boosters, aunque también es posible emplear cremas o mascarillas e, incluso, una combinación de varios de estos productos.

La aplicación de estos cosméticos generará una auténtica terapia de choque porque la vitamina C es, además, un gran antioxidante. Aparte, ayuda a combatir las manchas. Con estas acciones, se logra el efecto buena cara.

Palidez

Este problema, a veces, va también acompañado de una piel más pálida o blanca de lo norma. No obstante, esta palidez se puede tener sin necesidad de que se note el rostro cansado.

Con independencia de que estos problemas vayan juntos o no, la clave para lucir una piel con un mejor tono está en emplear las BB Cream o base de maquillaje –ahora las hay muy ligeras-, para que la piel se vea más uniforme e, incluso, verse un poco bronceada.

Un buen truco es aplicar polvos de sol encima de la base de maquillaje. Otras opciones son los terracota o un colorete de tonos cálidos. Eso sí, deben aplicarse bien. El secreto está en coger la brocha y, sin levantarla del rostro, dibujar un 3 por la zona de la frente, pómulo y mandíbula. Si usas blush, pon un poco en las mejillas y un ligero toque en la punta de la nariz. Verás que cambio.

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Texturas

Lo primero que hay que hacer para tener un rostro radiante en invierno es cambiar la textura de los productos que emplees. Para el verano, siempre se opta por texturas mate con el fin de que no se produzcan los antiestéticos brillos.

Sin embargo, en invierno, incluso ya en otoño, es el momento de hacer el cambio. En este caso, son mejores las texturas más fluidas porque la piel se ve más jugosa. Además, es también clave que incorporen ingredientes iluminadores.

Qué hacer

Con independencia de que elijas estas texturas, hay trucos que son de gran ayuda para conseguir ese efecto radiante. El primero de ellos consiste en coger la base de maquillaje y mezclarla con unas gotas de iluminador líquido.

Esta mezcla hará que la piel se vea mucho más uniforme, pero también con más luz gracias al efecto del iluminador. Además, al poner solo unas gotas, el efecto será muy sutil y natural.

Este truco se complementa con otros gestos de maquillaje muy útiles. Otro buen consejo es emplear colorete en crema para las mejillas. Un producto que, igualmente, se emplea en los labios para aportarles esa mayor jugosidad.

Y, si aún quieres más luz en el rostro y estar más radiante, el último toque pasa por poner un poco de este colorete en crema en el párpado superior de los ojos para ese efecto glow brillante. Pero cuidado, no hay que pasarse con la cantidad. Es un discreto toque final. Y ya estás lista para sorprender.

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Color

Las mujeres que tienen la piel y el color de pelo claro se ven más favorecidas con un colorete en color rosado porque aporta más candidez y luminosidad.

Por el contrario, a aquellas que tienen la piel más morena y el cabello oscuro, les sientan mejor los tonos melocotón que tienen un acabado luminoso.

No obstante, frente a esta regla básica hay algunas excepciones. Por ejemplo, si se quiere destacar el color azul de los ojos, con independencia del tono del pelo y de la piel, es mejor optar por un colorete de tono fresa.

Además, los coloretes que tiene una base agranatada o bien de cereza picota destacan mucho más los ojos que son verdes con independencia también del tono de la piel y el color del cabello.

Textura

Hoy en día los coloretes o blush pueden encontrarse con diferentes texturas a través de las diversas marcas. Es importante elegir bien la textura no solo por el acabado, sino también por el tipo de piel que se tenga.

En este caso, cuando se tiene una piel mixta o grasa, es mejor optar por los coloretes en polvo mientras que, si se tiende a tener una piel muy seca o se reseca por ejemplo durante el invierno, es preferible apostar por los coloretes en crema porque aportan más confort y esplendor.

Esta textura, es decir en crema, es también la más indicada cuando se tiene una piel madura porque se consigue un efecto mucho más favorecedor y juvenil.

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Qué es

El Extreme blush es el nombre que se utiliza para definir el colorete al máximo. Y esto se traduce en la práctica en que el blush no se aplica simplemente en la zona habitual, es decir, en las mejillas.

Ahora, la tendencia impone que hay que llevarlo más allá de este espacio en la zona del rostro. De esta manera, aparte de aplicarlo en los pómulos, se extiende hacia las sienes y también en los párpados, sobre todo, en el móvil.

Colores

Para estar favorecida y guapa con el Extreme blush, es importante elegir bien los colores. Y es que no todos sirven. Los más indicados son todos aquellos que son naturales, así como el salmón o el rosa claro, siendo conveniente aplicarlos con mucha generosidad.

Las más atrevidas y las que quieran llevar al máximo esta tendencia, tienen que apostar por colores más fuertes y atrevidos como el coral, el naranja o el rojo. En este caso, se precisará un poco más de mesura en su aplicación para que no haya un exceso o bien un toque dramático en el maquillaje.

Aplicación

Y, ¿cómo se aplica correctamente el blush en estos casos? Es fácil. La clave a seguir es utilizar dos brochas diferentes. Una de ellas tiene que ser grande para extender el colorete en la zona de las mejillas.

Por el contrario, la otra brocha tiene que ser más pequeña para poder aplicar el blush en los ojos de forma más precisa. Con esta misma brocha, también tienes que poner el colorete en las sienes.

Y todo ello siendo conveniente que esté bien difuminado porque no se tienen que notar brochazos, aunque sí hay que poner el foco en las mejillas, zona del lagrimal y la parte más alta de las sienes.

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Vampiro

Uno de los disfraces más clásicos es el de vampiresa. Es realmente fácil de hacer. Solo necesitas un tono de base de maquillaje muy blanco. En los ojos tienes varias opciones, aunque la mayoría de ellos pasan por el color negro. De hecho, es fundamental enmarcarlos con un lápiz de ese tono. Luego puedes utilizar una sombra de esta tonalidad en el párpado móvil y difuminarla hacia el superior o bien dejar la línea de lápiz y optar por tonos azules oscuros o morados. Esta parte la terminas con unas buenas pestañas postizas también negras y unas cejas muy marcadas. La boca, por supuesto, tiene que maquillarse en negro o bien en rojo-negro muy intenso. También es importante que se esté bien delimitada y perfilada.

Si ya quieres algo más sofisticado y no ser la típica vampiresa, es posible hacer con el lápiz de ojos o el perfilador algunos dibujos sobre el rostro como, por ejemplo, una cruz, un corazón negro o alguna tela de araña, así como por el cuello y el escote, entre otras opciones.

Bruja

Las brujas son otro de los disfraces clásicos, pero no hay por qué ser la tradicional con verrugas y un cabello que parece electrocutado. Ahora las brujas también son bellas. En este caso, un buen maquillaje es ensalzar nuevamente los ojos y los labios, que deben ser similares a los del vampiro. En los ojos, aparte de estar también enmarcados en negro y crear una mirada muy exagerada, se puede poner un toque más sofisticado con sombras doradas o plateadas y purpurinas.

Payaso

El payaso es otro de los disfraces que se ha puesto de moda por la película ‘It’. Este maquillaje es muy sencillo de hacer, además de que permite muchas versiones y dar rienda suelta a la creatividad. Se parte de una base de maquillaje blanca y de unos labios exagerados en color rojo, que se tienen que bordear en color negro.

La delineación de los ojos es igualmente en negro, que se complementa con sombras exageradas que superan las cejas, que se deben tapar para crear un buen efecto. Para los párpados, los tonos como el rojo o anaranjado o cualquier otro color fuerte son una buena elección.

Catrinas

Otro maquillaje que está muy de moda es el de catrina, las calaveras mexicanas. Aunque en general son muy coloridas, también es posible hacerlo con base de maquillaje blanco y luego enmarcar ojos y labios en negro, recreando diferentes personales como Jack de ‘Pesadilla antes de Navidad’.

En el caso de querer hacer una propuesta más colorida, cualquier catrina que hayas visto o que se te ocurra puedes plasmarla sobre el rostro. En este caso, es más conveniente emplear productos de maquillaje de teatro o bien de mucha cobertura para conseguir un buen resultado. El truco es siempre enmarcar en negro y rellenar con el color que se prefiera.

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Colorido

Una de las novedades de este otoño es que se dice adiós a los tonos más tradicionales y típicos de otros años de esta estación para dejar paso a toda una explosión de color. En concreto, a las tonalidades más pop, que se utilizan para dar un toque muy diferente a la mirada.

La tendencia impone que los párpados se marcan o dibujan en un bloque de un solo color o bien en trazos muy definidos. Y, ¿qué tonos se pueden utilizar? La respuesta es sencilla: azules, naranjas o blancos son las “estrellas” de la temporada. Pero para lucir este look, no te olvides de una máxima: adiós a la máscara de pestañas y a los labios maquillados.

De color también se llena el otoño con maquillajes que recuerdan a los vampiros. En este caso, los labiales burdeos, marsala, burgundy…. siempre en su versión más intensa, cobran fuerza. Incluso se llevan los labios negros. El acabado da igual: gloss, aterciopelado, mate… Este maquillaje requiere de una piel muy limpia, clara y luminosa en la que solo destaca el toque de rimel, aparte de los labios.

La versión más exagerada de este maquillaje llega con los nuevos smoky eyes que, como cada temporada, se renuevan. Este otoño no es la excepción y, ahora, se llevan en otros tonos que no son los tradicionales negros, grises o marrones, aunque también los puedes seguir utilizando. La última tendencia es lucirlos en rojos, naranjas y azules. Además, se maquillan ocupando toda la cuenca del ojo hasta casi debajo de la ceja y en dirección hacia la sien.

Y las más atrevidas aún tienen otra tendencia más: los tonos plateados y dorados a los que se suma cualquier tono que tenga este tipo de pigmentos metalizados. Unos colores que se llevan tanto para los ojos como la boca y las uñas. Este estilismo es más adecuado para la noche pero, si quieres llevarlo por el día, la opción pasa por utilizar simplemente un lápiz de ojos para delinear la mirada o bien un pequeño toque de sombra en el lagrimal.

Nude

Este otoño siguen estando de moda también los maquillajes discretos. En esta ocasión, la tendencia se centra en un rostro limpio y natural, pero con brillo y luminosidad natural, tratando de conseguir el efecto de una dermis más joven como la de una adolescente. Este look se complementa con un ligero toque rosado en las mejillas y unos labios en tonos rosas claros para resaltar simplemente su color natural.

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Piel bronceada

Cuando se está bronceada, ya se suele tener buen aspecto y lucir un rostro saludable de por sí. Sin embargo, en estos casos, también es posible utilizar el colorete. Prácticamente, pueden emplearse todos los tonos, aunque no están aconsejados aquellos que sean más claros que la piel. Cuidado hay que tener también con todos aquellos que son tierra porque van a pasar más desapercibidos, lo que puede redundar en un efecto menos favorecedor.

Por el contrario, los polvos de sol son perfectos porque realzan el tono del bronceado y los rasgos. De esta manera, se convierten en perfectos para el verano. Además, otra de sus ventajas es que son muy fáciles y cómodos de aplicar.

Pieles claras

En el caso de que la mujer tenga la piel clara, los tonos rosa palo o melocotón son los más idóneos con el fin de poder iluminar el rostro de una manera natural. No obstante, si se quiere un resultado más sofisticado, lo más idóneo es que el tono sea lo más parecido al de los labios.

Además, si estás dentro de este grupo de mujeres, también deberás prestar especial atención a la textura del colorete. La mejor apuesta es un producto ligero porque hace más difícil cometer errores ya sea por exceso o defecto al dar luz al rostro.

Rostro apagado

En aquellos casos en los que la dermis esté apagada, hay que optar por los tonos coral o albaricoque para que se le aporte luminosidad y se vea más alegre. Siempre hay que evitar los colores rosas y los demasiado oscuros. Para aquellos estilismos más sofisticados o bien para la noche, se puede elegir un blush que tenga ligeros destellos o partículas doradas con las que se consigue una dosis extra de de luz.

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Consejos

El primer paso para conseguir este objetivo es elegir bien los cosméticos que se van a emplear. Lo mejor es optar por texturas de maquillaje que sean muy ligeras para que se fundan bien con la piel. Una buena opción son las denominadas BB Cream o los polvos de sol, que tengan efecto irisado. Es clave también acertar con el color porque debe ser lo más natural posible según el tono de la propia piel. Los que están más de moda son los colores cremas, tierras y arenas.

Sobre esa base, hay que utilizar la técnica del strobing, que es la estrella de esta temporada. Es decir, que toca aplicar puntos de luz en zonas clave del rostro con la ayuda del iluminador en el arco de la ceja, mejillas y barbilla, principalmente.

Otros cosméticos que pueden emplearse y que ayudan a conseguir una mayor luminosidad en el rostro son el aceite facial o los polvos con partículas brillantes, aunque no hay que excederse en el gloss.

Mejillas

El toque de luminosidad y la frescura del rostro también se consiguen con las mejillas, que son otro de los puntos de atención y que se deben maquillar con mucha naturalidad para lograr ese aspecto natural y de cara recién lavada.

Los tonos más recomendables para poner un poco de rubor son los rosas y los rojo corales claros. El blush es mejor que se elija con una textura líquida porque se consigue una mayor naturalidad y se fusiona mejor con la dermis.

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Colorete

La elección del blush es mucho más importante de lo que realmente parece para ensalzar el pómulo. De esta manera, no hay que dejarse llevar solo por los tonos de temporada o de moda, sino hacer la elección en función de las necesidades reales de cada una.

De esta manera, siempre hay que optar por un tono que sea favorecedor y nunca demasiado oscuro. Además, se tiene que tener especial cuidado cuando se tienen más de 45 años o bien se ha perdido firmeza en los pómulos y ya no están tan bien definidos. En estos casos, lo mejor es elegir un tono rosado porque suaviza las facciones y aporta un toque de juventud. Por el contrario, si tienes una piel muy morena o que se broncea con facilidad, lo mejor es optar por los colores melocotón.

Y, ¿qué hay que hacer para que se vean aún más prominentes? La clave está en aplicar el blush en con movimientos circulares. En primer lugar, se tiene que poner el colorete en el centro de las mejillas y luego dibujar una línea hacia las orejas.

Base

Pero la elección correcta del blush de nada sirve si no se emplea una buena base de maquillaje. Aquí, la elección pasa por aplicar uno que no sea muy oscuro, sobre todo, en la zona de las mejillas y de las mandíbulas.

Un buen truco es utilizar texturas ligeras para extenderlas por toda la cara, mientras que al aplicarlo en los pómulos se recomienda mezclar unas gotas con un poco de antiojeras o de iluminador, poniendo esa combinación en la parte superior de la mejilla.

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Los trucos

Las gafas pueden ser un elemento que juegan a favor en el maquillaje para poner aún más el foco en los ojos y en la mirada. Para ello, hay que saber sacar el máximo partido al maquillaje. En estos casos, se convierte en realidad la máxima de que menos es más, ya que es mejor optar por la sencillez y nunca por la exageración.

El eyeliner se convierte en un buen aliado. Su uso depende de la montura que se lleve. Por ejemplo, si es muy grande y llamativa, hay que aplicar una línea más gruesa sobre las pestañas superiores para resaltar los ojos. Por el contrario, si las gafas son más discretas, es preferible hacer el trazo mucho más fino.

En cuanto a las sombras, la mejor alternativa es maquillar con unos tonos neutros. Si te gustan los ahumados o smokey eyes no tienes que renunciar a ellos, aunque sí es conveniente que siempre los hagas en tonos grises o marrones. Además, opta por este estilo de maquillaje más llamativo siempre por la noche y nunca por el día.

Finalmente, hay que prestarle mucha atención a las cejas, que tienen que estar perfectas y muy bien arregladas. En el caso de tener huecos, es aconsejable rellenarlas con un lápiz de cejas del mismo tono que los pelitos o bien con una sombra en polvo.

Con el resto del maquillaje también es conveniente ser discreta y huir de tonos de blush muy oscuros. En los labios se puede poner un toque de más color, aunque cuidado también con los colores más llamativos, incluso con los rojos.

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Cara redondeada

En las caras que tienen una forma redondeada, el colorete debe aplicarse en diagonal y siguiendo la forma de una “C”. Es decir, hay simular en el rostro que se dibuja esta letra con la brocha y el blush. La forma más sencilla de hacerlo es comenzar en la parte de la mejilla en dirección a la sien, pero sin subir en exceso para no extender el blush en la zona del contorno de ojos. De esta manera, se estiliza el rostro.

Cara cuadrada

Para aquellas mujeres cuya forma de la cara es más bien cuadrada, el truco pasa por disimular los ángulos de la cara para lo que se debe incidir en poner el toque de colorete en la zona central de las mejillas. El efecto que se consigue también permite que la cara se dulcifique para lo que es también muy importante no utilizar colores demasiado oscuros porque, entonces, se consigue lo contrario.

Cara alargada

En las caras con rasgos más alargados, la clave está en aplicar el blush en horizontal para disimular las facciones y equilibrar más el rostro. El pincel de maquillaje tiene que ir desde la mejilla hacia la zona de la oreja. Un pequeño truco para darlo en la zona correcta consiste en hacer una sonrisa forzada para maquillar la parte que sobresale del pómulo.

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Maquillaje bronce

El maquillaje bronce no es exactamente sucumbir al tono dorado. En realidad, se trata de lucir una piel impecable, que se resalta aún más con algunos destellos metalizados, que se concentran en los ojos, en concreto, en el párpado superior.

Este maquillaje se consigue con tan solo utilizar una sombra metalizada en un tono bronce con ligeros toques dorados y aplicando rimel negro, creando con ambas formas una mirada un tanto futurista, pero discreta.

El resto del maquillaje se consigue con una base muy natural que proporcione un acabado mate sobre la que, además, hay que poner unos pocos de polvos. También el blush debe ser muy discreto para poner solo un poco de rubor al igual de los labios que tienen que ser lo más naturales posibles.

Smoky eyes clásico

El smoky eyes es uno de los maquillajes que ya lleva muchos años estando de moda. Aunque en 2016 se ha reinventado y, en 2017, seguirá siendo tendencia pero con algunas novedades, lo cierto es que su forma más clásica se mantiene como una apuesta segura para la noche y para aquellas ocasiones en las que se quiere sorprender.

La clave de este maquillaje se centra en la parte superior del rostro. Para el smoky eyes hay que delinear y difuminar bien todo el párpado móvil, mientras que el párpado inferior es una combinación de lápiz khol y sombras. Los colores pueden ser de la escala de negros o grises o bien en marrones o tonos café. Y no hay que olvidarse de aplicar máscara de pestañas. Además, las cejas se convierten en grandes protagonistas de este look, ya que deben estar perfectamente delineadas y dibujadas.

El resto del maquillaje se basa en una tez sin brillos, pero que se hace más cálida con un ligero toque de polvos de sol, y en un blush muy natural. Los labios deben ser nude.

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Tonos

El color dorado suele favorecer a prácticamente todas las mujeres, por lo que es más recomendable utilizarlo en lugar del plateado. Sin embargo, como sucede con todos los colores, hay unos tonos que favorecen más que otros en función de la piel.

De esta manera, lo recomendable es que las mujeres que tienen un rostro con una piel más cálida opten por los dorados más amarillos y los dorados e, incluso, los bronces, mientras que las que tienen una dermis más clara y fría, se verán más favorecidas con el color oro con destellos rosados.

Normas de aplicación

Para utilizar los cosméticos dorados, hay que seguir una serie de pautas. La primera y principal es que estos tonos solo se deben emplear en una zona del rostro. Normalmente, suele ser un maquillaje más favorecedor cuando el foco se pone en los ojos. Y, para aplicar las sombras, la máxima a seguir es extenderlas siempre con el pincel de lado y en plano, haciendo pequeñas presiones con sus cerdas. El color se termina de fijar poniendo el pincel en lateral sobre la piel.

Si todavía se quiere una mayor intensidad de las sombras, lo mejor es mojar previamente un poco el pincel para que esté un poco húmedo porque así se ayuda a que se intensifique más el color.

Y, si la opción son los pigmentos puros en polvo, se deben ir aplicando poco a poco por el párpado superior, siendo aconsejable colocar un tisú a ras de las pestañas del párpado inferior para que no se manche el resto del rostro y poder ir haciendo una cobertura según tus gustos y preferencias.

No obstante, también puedes optar por utilizar solo un toque de blush dorado o bien por un labial de color oro. En estos casos, el resto del maquillaje debe ser bastante natural para que resalten bien los pómulos o la boca.

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Características

Uno de los imprescindibles son las BB Creams porque son una excelente combinación de hidratación y de un toque de color, que bien elegido hace que sea como una segunda piel y se logre un acabado muy natural. Una base que sería suficiente para tener ese look natural o bien corregir pequeñas imperfecciones como manchas o algún granito.

No obstante, la BB Cream también se puede combinar con el blush o colorete, que también cabe la posibilidad de utilizar solo si no se necesita tener un mejor tono de piel. En este caso, las mejores opciones son los colores melocotones, sobre todo, si se es morena, y los rosados para las mujeres de piel más clara. Simplemente con un pequeño toque cambia el rostro.

Y, por supuesto, la cara y la luminosidad también cambian por completo con solo utilizar el rimel y maquillar las pestañas. En tan solo unos segundos, se puede estar perfectamente lista porque se levanta la mirada y los ojos se hacen más vivos. Para un efecto más natural todavía, una buena opción es el rimel transparente que permite reforzar y remarcar las pestañas, pero sin añadir color.

La barra de labios es otro cosmético clave. El motivo radica en que también con tan solo maquillar la boca cambia todo el rostro. Y, para conseguir ese acabado natural, es mejor elegir tonos claros y texturas de labiales que sean muy hidratantes. Otra alternativa es poner tan solo un poco de brillo.

Ya sabes, todos ellos combinados o bien utilizando solo uno o dos permiten conseguir ese toque natural en muy poco tiempo. Si dispones de más minutos también puedes aplicar unos polvos iluminadores, dando un pequeño toque en pómulos, párpados y puente de la nariz.

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