Los ejercicios

Uno de los ejercicios que es más efectivo consiste en apoyar los brazos sobre la mesa con las manos juntas por las muñecas y abiertas en forma de copa. A continuación, se tiene que apoyar la barbilla en ellas para dejar caer el peso de la cabeza y presionar varias veces. Este movimiento de presionar-relajar-presionar tiene que hacerse de forma reiterada unas quince veces al día.

También es de gran utilidad otro ejercicio que se realiza manteniendo la espalda recta e inclinando la cabeza hacia adelante como si se quisiera tocar con la barbilla el cuello. Después hay que hacer la inclinación hacia atrás todo lo que sea posible. El movimiento tiene que ser lento para evitar mareos, aunque debe hacerse varias veces. Con cinco es más que suficiente.

Relacionado con el ejercicio anterior, también está otro movimiento. En este caso, se trata de mantener la espalda recta y de girar lentamente la cabeza hacia los laterales, de manera que se va hacia la izquierda luego se vuelve hacia el centro para moverla hacia la derecha y viceversa. Igualmente, hay que hacerlo despacio.

Vocalizar

Además de esos movimientos, la vocalización de determinadas letras del abecedario ayuda a reducir el doble mentón. Por ejemplo, hay que pronunciar las letras “o” y “x” de manera muy seguida y haciendo el gesto muy exagerado. Es suficiente con unas diez veces.

Finalmente, la sesión se finaliza con una amplia sonrisa. Y es que sonreír forzando hasta notar que se contraen los músculos del cuello es muy efectivo para conseguir este objetivo. Con cinco repeticiones puede ser más que suficiente.

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Los consejos

El primero de ellos es intentar mantener el peso, ya que las oscilaciones propician su aparición. Cuando se engorda, se tiende a acumular grasa también en esta parte del cuerpo. Además, con las variaciones de peso, se favorece la flacidez de esta zona.

También es muy importante cuidar la postura que se adopta en el día a día y en cualquier situación y no solo cuando se está trabajando ante el ordenador –se debe mantener la nuca recta y los ojos a la altura de la pantalla-, o bien se usan los dispositivos móviles. Igualmente clave es cuando se va por la calle, siendo conveniente tener la cabeza en una posición neutral, es decir, ni muy abajo ni muy arriba ni inclinada hacia adelante ni hacia atrás.

Otro sencillo gesto es la hidratación. Esta parte del cuerpo necesita que la piel esté más hidratada de lo habitual. Un buen truco es limpiar bien la dermis y utilizar una crema de noche que contenga ácido hialurónico para ayudar a que esté en perfecto estado.

Y, por supuesto, no falta la gimnasia o los ejercicios específicos, que son muy sencillos y se pueden hacer mientras se ve la tele por la noche. Es suficiente con pronunciar todas las vocales con la boca bien abierta y notando como se estiran los músculos del cuello y del rostro.

Además, otro buen ejercicio para reafirmar, esta zona, es masticar chicle, cogiendo varios para que haya una buena cantidad para mascar y haciendo el gesto algo exagerado para movilizar los músculos. Evidentemente, en este caso, es mejor estar a solas para realizarlo.

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Para combatirla, podemos realizar algunos ejercicios específicamente diseñados para ello o incluso recurrir a la cirugía, pero si quieres una solución instantánea, nada mejor que aprender a disimularla con maquillaje.

Base de maquillaje

Aplica la base de maquillaje que utilices habitualmente en el rostro, el cuello y el escote y, a continuación, utiliza una un poco más oscura (cuidando de que el contraste no resulte exagerado) en la zona de la papada. Difumina la zona en la que se encuentran ambos tonos de bases para que el salto no sea muy evidente y aplica polvos translúcidos para sellar el efecto. Lo ideal es que la base con la que vas a cubrir la papada sea dos tonos más oscura que tu piel.

Cuando la apliques, recuerda hacerlo desde el exterior de la quijada hacia la barbilla. De este modo, te resultará más fácil disimularla. Cuando tengas que retocar el maquillaje, utiliza polvos compactos.

Centra la atención en los ojos

Otra forma de disimular la papada es hacerla pasar inadvertida sin cubrirla de un tono de base especial, lo que lograremos haciendo que la atención del rostro recaiga sobre tu mirada. No es necesario un maquillaje muy espectacular, sino tan sólo aplicar un poco de máscara de pestañas y después maquillarte los ojos en tonos naturales que combinen con tu piel y tu cabello.

Esto es especialmente útil para el maquillaje de día, cuando no solemos aplicarnos base.

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En caso de que la papada sea demasiado grande y ningún ejercicio logre recuperarla, se puede probar con la cirugía. Varios factores pueden causar que la piel ceda en la parte de la mandíbula. El rostro pierde su encanto con una mandíbula caída. Uno de los principales motivos es el envejecimiento. Generalmente los músculos comienzan a perder su elasticidad durante los 30. Sin embargo, si haces ejercicio regularmente, puedes posponer la apariencia flácida hasta los 50, por lo menos.

Si este problema se produce a una edad temprana, el motivo principal pueden ser los genes. Otro de los motivos de padecer este problema es el sobrepeso. Los problemas de peso muchas veces conducen a otros trastornos como por ejemplo la flacidez de la piel. Cuanto más peso se tiene más posibilidades hay de que los tejidos pierdan su firmeza.

La exposición intensa o prolongada al sol puede causar daños en la piel. El cutis puede comenzar a parecer correoso con la pérdida de la elasticidad y podría empezar a caerse a una edad relativamente temprana, debido a la descomposición del colágeno. Recuerda que fumar reduce la circulación de la sangre, el flujo de la vitamina A y otros nutrientes esenciales para la piel de la cara y el proceso de envejecimiento de la piel se acelera.

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– Para reforzar el óvalo de la cara, comenzaremos diciendo las letras U y X de forma exagerada 10 veces. Aunque te sientas un poco ridícula, no dejes de hacer el ejercicio, ya que está especialmente indicado para tonificar los músculos del mentón, lo que te ayudará a definir más el óvalo natural del mismo.

– Cruza los brazos contra el pecho y alarga el cuello hacia delante, sintiendo cómo se tensan los músculos y la piel del mismo. Sin cambiar la posición, gira lentamente la cabeza hacia la derecha, manteniéndola así unos segundos y gírala entonces hacia la izquierda. El movimiento debe ser suave, sin bajar el mentón hacia el hombro. Repite diez veces.

– Siéntate con la espalda recta y la cabeza alta, aunque no tensa. Inclina el mentón ligeramente hacia abajo, aunque sin tocar el cuello. Coloca los puños cerrados contra el mentón, como sujetando la cabeza y presiona haciendo una ligera presión contra él. Mantén la posición durante dos minutos y repite 10 veces.

Los ejercicios resultan mucho más efectivos si los haces por la noche. Lo aconsejable es practicarlos una vez por semana, pero si estás muy estresada, puedes hacerlos dos para combatir los efectos del estrés en tu piel.

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La papada, si es incipiente, la podemos combatir con algunos ejercicios, pero si ya llevamos mucho tiempo con ella, podemos utilizar alguna de las técnicas que la medicina estética pone a nuestra disposición. Una de las que se ha revelado como más eficaces es la carboxiterapia.

Como seguramente ya sabrás, la carboxiterapia se utiliza para eliminar la flaccidez de la piel en zonas como el abdomen o en las piernas, pero también se puede aplicar en el cuello.

Mediante las inyecciones de gas carbónico se aumenta la oxigenación de las zonas tratadas, lo cual estimula la producción de colágeno y acelera la eliminación de las grasas, consiguiendo tonificar y rejuvenecer el cuello.

El gas carbónico se inyecta mediante unas agujas muy finas en la parte frontal de cuello, siguiendo una línea imaginaria que uniría las dos orejas. Es un tratamiento totalmente indoloro debido al diminuto tamaño de las agujas, y sólo notaremos un ligero escozor producido por el gas carbónico al infiltrarse en los tejidos. Sin embargo, no notaremos ningún efecto secundario, excepto un poco de enrojecimiento en la zona donde ha sido aplicado el tratamiento, aunque podremos realizar nuestra rutina habitual.

Normalmente son necesarias diez sesiones para obtener los resultados deseados y al final del tratamiento podremos disfrutar de la belleza de un cuello firme y sin grasa.

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A veces, basta con perder unos kilos para lograr que la papada se reduzca y desaparezca. Otras, sin embargo, no es posible librarnos de ella, no importa cuantas dietas o ejercicio realicemos. Para esos casos, la medicina estética ha puesto a nuestra disposición una serie de técnicas que nos ayudarán a librarnos de la papada. Entre las más habituales tenemos las siguientes:

– Liposucción: Es la técnica más utilizada y la que, sin duda, ofrece mejores resultados. Sin embargo, deberemos tener en cuenta que esta técnica funciona mejor si tan sólo hay un exceso de grasa y no un exceso combinado de grasa y piel, ya que en este caso puede que la piel del cuello nos quede muy fláccida tras la liposucción. En este caso necesitaríamos una cirugía reconstructiva para eliminar la piel sobrante y lograr un resultado perfecto.

– Mesoterapia: Mediante esta técnica se inyectan una serie de sustancias en la papada que poco a poco van disolviendo la grasa acumulada en la misma. La aguja con la que se inyectan es muy fina, con lo cual no corremos el riesgo de que nos quede ninguna marca.

– Radiofrecuencia: Mediante esta técnica se trata la piel tanto a un nivel superficial como más profundo. En dicho tratamiento se utilizan un aparato que emite una serie de ondas que poco a poco van disolviendo la grasa de la zona. Lo único que deberemos tener en cuenta es que el tratamiento no dura siempre, sino que será necesario repetirlo cada 2 ó 3 años.

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Los ejercicios son para el cuello y la cara y son los siguientes:

– Aprieta la punta de la lengua contra el cielo del paladar y mantenla presionada durante 7 a 10 segundos. Debes notar como la musculatura que tienes entre la barbilla y el cuello se desplaza hacia arriba y comienza a fatigarse por la tensión. Repite este ejercicio unas 10 veces al día.

– Una variante del ejercico anterior consiste en, mientras mantienes la tensión de la lengua, elevar el mentón ligeramente hacia el techo. Aquí sentirás que también trabaja la musculatura del cuello. Mantén la posición entre 5 y 7 segundos, haz entre 8 y 12 repeticiones diarias.

– Con la espalda recta y las mandíbulas cerradas (eso sí ten cuidado de no apretarlas demasiado sin darte cuenta), traza círculos con la lengua en sentido de las agujas de reloj. Diez repeticiones, dos o tres veces al día de este ejercicio son suficientes.

– Siéntate en una silla, y apoya bien la espalda contra el respaldo. Despacio, echa la cabeza hacia atrás hasta que te quedes mirando al techo. Después, manteniendo la postura, estira tu cabeza hacia adelante, como si estuvieras dándole besos al techo. Aunque resulte cómico, es un ejercicio muy efectivo.

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Este tipo de yoga hay que hacerlo por la mañana, justo después de despertarse. Básicamente son 5 ejercicios básicos los que podemos hacer. Luego se pueden complementar con otros más específicos dependiendo de nuestras necesidades:

– Sonreír exagerando la sonrisa con la ayuda de los dedos índice y pulgar. Con ello conseguiremos matizar las arrugas del surco nasogeniano.

– Repetir frente al espejo la siguiente frase: “Yo soy amor, juventud, alegría y belleza”. Es un poco friki pero puede ir bien para subir la autoestima.

– Poner cara de pez para tonificar las mejillas. Esto es, apretar los labios como si fueras a dar un beso y hundir y sacar las mejillas en repetidas ocasiones.

– Silbar es lo mejor para combatir la papada. Sacar la lengua intentando tocarse la nariz, algo que seguro que ya habréis hecho alguna vez, también es muy útil.

– Por último, tenemos que colocar el dedo índice en el párpado superior y el dedo corazón en el inferior. Luego tendremos que intentar cerrar el ojo.

Los ejercicios tienen que hacerse durante al menos 20 segundos. Los podemos complementar con otros específicos y con respiraciones. Os animamos a que los probéis y luego nos contáis que tal.

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