Las cejas son una parte clave del rostro y de la mirada. Sin embargo, no siempre están en su sitio porque el pelo puede ser poco disciplinado, sobre todo, si se tienen muy espesas o el cabello rizado, entre otras posibilidades. Mantenerlas a raya para que estén siempre perfectas es posible con unos pequeños trucos, que además son muy sencillos.
Los consejos
Lo primero y principal para que las cejas estén en su sitio es que estén bien depiladas y con la forma adecuada para embellecer la mirada y conseguir la estética que se busca.
Si pese a ello todavía se resisten, puedes poner a prueba estos consejos. La solución viene de la mano de la laca como la que utilizas para fijar el peinado. De esta manera, los pelos se estarán quietos.
Como es un poco complicado aplicar directamente la laca sobre las cejas sin que caiga sobre más partes del rostro e, incluso, sobre los ojos, una buena opción es utilizar un cepillo de dientes o pincel duro o bien algún utensilio similar. Tienes que poner la laca en él y luego extenderla como si peinaras las cejas.
La clave de utilizar la laca es que se nota menos que otros fijadores para el pelo, aunque también puedes utilizarlos si no tienes otro producto más a mano. En todo caso, siempre hay que procurar que el efecto quede natural y no se note el gel fijador o la laca.
Para ello, la aplicación tiene que hacerse en varias fases. En primer lugar, hay que hacer un primer peinado de las cejas en la dirección contraria al nacimiento del vello. Posteriormente, hay que repetir el proceso varias veces pero ya en la dirección del propio pelo hasta que queden bien fijas.
Además, para facilitar la fijación, si tienes el pelo de las cejas muy largo, puedes recortarlo, pero que no parezca que las tienes menos pobladas. Así, necesitarás también menos producto y se fijarán antes para que estén quietas durante todo el día y sin que la expresión se vea afectada.