Los conocidos popularmente como ojos saltones no tienen por qué suponer un problema para la mujer a la hora de maquillarse. Tan solo hay que saber bien cómo se tienen que aplicar los productos para que sean un punto de referencia atractivo en el rostro. Con unos sencillos consejos, objetivo cumplido.
Las claves
Tener los ojos saltones no tiene por qué verse como un complejo o como un inconveniente a la hora de maquillarse, puesto que precisamente, por tener un volumen mayor, permiten potenciar la mirada.
La clave está en cómo maquillarlos. La tendencia más favorecedora para este tipo de miradas es aplicar el eyeliner. El trazo tiene que ser un poco grueso, siendo mejor optar por colores oscuros como el negro o el marrón más intenso con el fin de aportar profundidad a la mirada. En el caso de tener también los ojos redondos, el eyeliner debe terminar con un pequeño rabillo ascendente en dirección hacia la sien.
Además, hay que difuminar ligeramente la línea y acompañar el eyeliner de sombras, que se tienen que aplicar hacia el exterior y hacia arriba para que el ojo pueda parecer más rasgado o almendrado.
Los colores de sombras que son más idóneos son todos aquellos tonos neutros. Buenas elecciones son los marrones, beiges y grises para el día a día, aunque por la noche también se puede optar por colores más oscuros para conseguir un look más sofisticado. En este caso, hay que priorizar los tonos como el negro, burdeos o el berenjena.
El rimel también puede aplicarse. Pero es imprescindible que solo se extienda la máscara en las pestañas superiores, poniendo especial énfasis en las que están más alejadas del lagrimal. Bajo ningún concepto se debe poner en las inferiores para evitar que el ojo parezca más redondeado. Y, con estos consejos, si pensabas que el maquillaje era un problema, ya está todo solucionado.