Aunque siempre se relaciona la alopecia con los hombres, lo cierto es que también afecta a las mujeres. Las causas pueden ser diversas: desde un problema de estrés grave a factores hormonales, genéticos, una mala alimentación… Son casos en los que se puede optar por un trasplante capilar. Una técnica con la que se pueden conseguir resultados muy naturales.
El tratamiento
Cuando ya han fallado otros métodos y tratamientos para evitar la caída del pelo y recuperarlo para poder tener de nuevo una cabellera poblada, quedan otras soluciones por lo que no hay que desesperarse.
La alternativa es el trasplante capilar, aunque en este caso solo es indicado para las mujeres que padecen una alopecia androgénica. Las técnicas han avanzado mucho desde que este sistema se puso en marcha, mejorándose tanto el proceso como el resultado.
De hecho, con la tecnología robótica es posible hacer trasplantes capilares que no son agresivos y que no dejan cicatrices, al menos visibles. El resultado también es mucho mejor puesto que se consigue un efecto más natural. Otro punto a su favor es que es una solución definitiva.
Entre otras ventajas destacan igualmente que el sistema es mucho más rápido porque se seleccionan las unidades foliculares con mayor número de cabellos de forma automática para extraerlos con gran precisión para luego implantarlas, así como el hecho de que se precisa un menor número de incisiones.
Y, ¿cómo se realiza el proceso? Muy sencillo. Tan solo se llevan a cabo tres pasos. El primero de ellos se centra en esa localización de las unidades foliculares para extraer el folículo. En segundo lugar, se hacen las incisiones para proceder a la implantación, finalizando todo el proceso con la implantación del folículo que, en este caso, no se hace con el robot sino de forma manual. Y ya está el trasplante hecho.