Lucir unas uñas cuidadas y con la manicura hecha no es misión imposible, aunque se tenga poco tiempo. De hecho, se puede hacer de forma rápida en tan solo cuatro pasos que son claves. Toma buena nota porque aquí te indicamos todo lo que tienes que hacer para estar lista en unos minutos.
Los consejos
En primer lugar, hay que centrar los esfuerzos en recuperar su buen aspecto porque en ocasiones, por la actividad profesional o bien las tareas domésticas, las uñas pierden brillo, se resecan o bien acumulan restos de suciedad. Por ello, se debe proceder a realizar una buena limpieza que debe incluir cualquier resto de esmalte que se haya utilizado con anterioridad.
Para conseguirlo, el mejor truco es utilizar un algodón con quitaesmaltes, siendo mejor optar por productos que no lleven acetona para no estropear la uña. Además, no hay que frotar con mucha fuerza.
A continuación, el siguiente paso es cortarlas con el mismo largo para, simplemente, limarlas para darle la forma que se desea ya sea redonda, cuadrada, en pico u ovaladas. Con la misma tijera mientras se cortan, se puede ir haciendo la forma para luego tener que emplear menos la lima y ganar tiempo.
El siguiente paso es empujar las cutículas con productos específicos como la vaselina y con la ayuda de un palito de naranjo. En ningún caso, hay que cortarlas porque solo generan más problemas y se propicia que cada vez aparezcan más cutículas.
Y, finalmente, solo queda elegir el color de uñas que quieres para aplicar el esmalte. La ventaja hoy en día es que hay lacas que se secan muy rápidamente por lo que no hay que esperar mucho tiempo para que se sequen con el fin de que no se estropeen.
No obstante, si habitualmente, no las llevas pintadas, puedes dejarlas así porque se verán unas uñas cuidadas o bien optar por un poco de brillo o esmaltes transparentes que son muy discretos, pero aportan un mejor aspecto a la uña.