Uno de los mejores aliados de belleza que tiene una mujer para estar más guapa y también parecer más joven es el maquillaje. La verdad es que no es lo mismo maquillarse de una manera que de otra ni tampoco optar por una base de maquillaje que por otra. Y, precisamente, en este último producto nos vamos a centrar hoy para saber bien qué puede hacer cada textura para quitarnos unos cuantos años y conseguir un efecto natural, un rostro libre de imperfecciones y un tono de piel uniforme. Tres factores que son el cocktail perfecto para parecer más joven.
Las claves
Una de las texturas que se pueden encontrar en las tiendas es la fluida. En este caso, es más aconsejable que sean utilizadas por las pieles secas y maduras, aunque realmente pueden ir bien con todo tipo de piel. El secreto está en que no se nota que se lleva tan apenas si se elige bien el color y es suficiente para corregir pequeñas imperfecciones, de manera que el rostro se ve más uniforme y, en consecuencia, más joven.
El maquillaje tipo mousse también puede ser una buena opción para aquellas mujeres que no tienen que corregir grandes imperfecciones y solo quieren verse con un tono uniforme y una piel más radiante. En resumen: el resultado es muy natural. Y es que esta textura es bastante ligera y confortable y con ella se consigue una cobertura media-baja. La ventaja es que no deja el temido efecto máscara.
Otra de las alternativas es optar por las texturas en crema. En este caso, la cobertura ya suele ser mayor, siendo media-alta, y también es más densa. Este tipo de producto no es recomendable utilizarlo cuando se tienen arrugas o líneas de expresión porque se corre el riesgo de que se acumule en ellas y, por lo tanto, se vean más en lugar de disimularlas.
Y, finalmente, están las texturas en barra, que son más recomendables cuando hay que cubrir imperfecciones más pronunciadas como sucede con las cicatrices, marcas o manchas. De esta manera, se ocultan con el producto y el rostro también queda libre de imperfecciones.