Las arrugas no solo se combaten y se atenúan con alta cosmética y con productos de marcas y firmas especializadas. La naturaleza también es de gran ayuda para conseguir retardar su aparición o bien minimizarlas. De hecho, las mascarillas naturales suelen ser una buena opción como tratamiento complementario. En este caso, te proponemos una muy sencilla de realizar, pero efectiva, que tiene como base la granada y el yogur.
La mascarilla
Ya se sabe que las frutas son productos que tienen un gran impacto y que son muy beneficiosas para el cuidado de la piel. Y la granada es una de las mejores porque posee un alto poder antioxidante, que ayuda a prevenir las arrugas y a atenuar las primeras líneas de expresión.
Precisamente, esta fruta -además ahora que se encuentran fácilmente en el mercado-, es la base de la mascarilla que vamos a realizar y para la que igualmente se necesita un yogur natural.
El proceso es muy sencillo. Tan solo se precisa una granada pequeña o bien la mitad. Hay que pelarla bien y desgranarla, depositando los granitos en el vaso de la batidora. A continuación, tan solo hay que añadir el yogur. El siguiente paso es mezclarlo bien para que quede una pasta uniforme.
Esta mezcla se tiene que extender sobre el rostro limpio y siguiendo los mismos pasos que con una mascarilla convencional. No obstante, en este caso, sí es conveniente poner una capa lo más gruesa posible tanto por la cara como por el cuello y el escote.
El tiempo de espera para que actúe es de entre 20 ó 30 minutos. Pasado este período, se debe retirar con abundante agua y sin frotar para evitar que los restos de los granitos de la granada rasquen e irriten la piel. El resultado es una piel más lisa, con arrugas menos visibles y con más luminosidad.