Lucir una buena melena o bien añadir más pelo cuando se tiene poco cabello es posible desde hace ya algún tiempo a través de las extensiones. Sin embargo, es menos conocido que hay diferentes tipos, que son ideales para diferentes situaciones y mujeres en función de sus necesidades.
Quita y pon
Una de las clases de extensiones son las de quita y pon. Tienen la ventaja de que son muy fáciles de utilizar y de poner en casa, además de rápidas de colocar por lo que son ideales para las ocasiones especiales y puntuales en las que se quiera lucir un estilismo específico.
Este tipo de extensiones también presenta la ventaja de que se adaptan al tipo de color del cabello, aunque igualmente presentan una serie de inconvenientes. La primera de ellas es que se nota la diferencia de volumen del pelo y son más visibles por lo que se notan más a simple vista. Otro handicap es que, al colocarse con un clip, pueden caerse.
Grapa
Otra de las opciones son las extensiones por grapa. Este método se emplea estrictamente en las peluquerías. Al igual que las anteriores, tienen ventajas y desventajas. Entre los puntos a favor está que son económicas, se pueden poner y retirar cuando se desee y volverlas a emplear pasado el tiempo. El problema radica en que dañan el pelo por la presión de las grapas. Y, otro dato a tener en cuenta, es que no es posible emplearlas en personas que tienen el pelo fino.
Queratina
Finalmente, están las extensiones de queratina, que quizá sean las más comunes. Este método se basa en pegar el pelo cerca del crecimiento del cabello para que no se note la diferencia, siendo necesario tener que recurrir a profesionales. Entre sus ventajas figuran que no dañan el pelo y que son muy moldeables. El inconveniente es que cuesta mucho tiempo ponerlas porque se van colocando mechón por mechón por lo que hay que tener un poco de paciencia.