Con el paso de los años, no solo van apareciendo arrugas y líneas de expresión que afectan a determinadas partes del rostro como los ojos las cejas o el contorno de la boca. También, de forma generalizada, el rostro va perdiendo firmeza y cayéndose porque la grasa del tejido subcutáneo se hace más fina, aparte de producirse una menor producción de colágeno y elastina. Para conseguir evitarlo, es importante aplicar tratamientos para elevarlo y evitar que pierda su firmeza. Aparte, hay algunos tratamientos que se realizan en centros de estética que pueden ayudar a solucionar este problema cuando ya es más evidente.
Cuidados básicos
Para evitar la pérdida de firmeza, siempre es importante cuidar la piel de forma adecuada. Lo mejor es utilizar aquellos cosméticos que refuerzan la producción natural del colágeno, que es una de las sustancias que aportan esa firmeza al rostro.
También es importante realizar gimnasia facial para estirar la piel y los músculos del rostro. Los ejercicios son sencillos y no llevan mucho tiempo. Con 10 minutos al día, puede ser suficiente.
Por ejemplo, puedes hacer una gran sonrisa y mantenerla durante 15 segundos. Otro ejercicio facial muy sencillo es articular las vocales de forma exagerada.
Tratamientos estéticos
Para aportar firmeza al rostro, hay varias opciones en los centros de estética y de belleza. Uno de ellos es el tratamiento Bioface, que permite remodelar el rostro para evitar la flacidez y conseguir un efecto lifting. Además, también ayuda a hidratar el rostro.
Este tratamiento es 100% personalizado, ya que se emplean en él los principios activos que la persona necesita para adaptarlo a sus exigencias y obtener mejores resultados.
Y, cuando de lo que se trata es de elevar el rostro más que de remodelarlo, una buena opción puede ser el Ultheraphy, que consiste en un tratamiento no invasivo que tensa la piel del rostro y del cuello, aparte de elevar las cejas, el pómulo y marcar el óvalo facial.
Este tratamiento permite conseguir resultados visibles prácticamente de forma inmediata, aunque para verse mejor es necesario esperar unos dos o tres meses e, incluso, seis meses.
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