La base de maquillaje es un producto clave para conseguir un buen resultado. Su elección se convierte así en fundamental. Es importante prestar una especial atención al color, textura, acabado… Sin embargo, no es lo único a tener en cuenta. A veces, hay errores que son muy graves y que se cometen sin querer e, incluso, pensando que es lo correcto porque son falsos mitos que están muy extendidos. Aquí te contamos tres de esos errores que son más habituales de lo que inicialmente parece.
Pruebas
Para conocer con exactitud el color de la base de maquillaje, nada mejor que probarlo. Y ahí es donde se comete uno de los principales errores. Muchas personas tienden a extender una pequeña cantidad en el dorso de la mano.
Sin embargo, la mejor zona para elegir el color correcto es la de la mandíbula. Así se puede observar si, realmente, el color elegido se mimetiza a la perfección con el del rostro, consiguiendo así un doble objetivo: estar favorecida y evitar el efecto careta.
Capas
Otro error habitual es aplicar capas y capas de maquillaje, pensando que así se logra un buen resultado, mayor cobertura y duración. No es así. De hecho, no hay que hacerlo porque solo se consigue crear un efecto de máscara, además de obstruir los poros.
Lo mejor es elegir siempre texturas más fluidas y, si se precisa mayor cobertura, difuminar muy bien toda la base de maquillaje. No hay que olvidar que tapar todas las imperfecciones no es sinónimo de capa gruesa.
Misma base
Y, finalmente, otro de los errores más graves y habituales es utilizar siempre la misma base de maquillaje. Es conveniente saber que la piel va cambiando con el tiempo y no es lo mismo una piel joven que madura.
Además, no tiene las mismas necesidades en invierno que en verano. Por ejemplo, para los días fríos, es recomendable un tono más claro mientras que, para el verano, la elección pasa por tonos cálidos.
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