Los correctores son un producto de cosmética fundamental para corregir imperfecciones y lucir un rostro perfecto. Sin embargo, muchas veces existe confusión sobre cuál es el más conveniente –lo que puede suplirse con los consejos de profesionales-, y sobre todo en relación a cómo se tienen que aplicar. Aquí te damos las claves para que consigas buenos resultados.
Primeros pasos
Antes de aplicar el corrector, es importante dar unos pasos previos. El primero de ellos es preparar la piel. En este caso, se recomienda que tenga una buena hidratación, siendo recomendable aplicar la crema que se emplee para tratamiento habitual.
De esta manera, se consigue que la base de maquillaje, que se tiene que poner a continuación, se funda mejor con la piel. Esto a su vez, facilita conseguir mejores resultados con los correctores.
A la hora de aplicar la base tras hacer la hidratación, hay que tener en cuenta unos consejos para extenderla. Lo mejor es emplear una brocha, aunque también es posible con los dedos. El truco está en que se tiene que incidir para que se extienda y absorba muy bien con el fin de que no se sature la piel para poner después el corrector.
Corrector
Tras este paso, es el momento de aplicar el corrector que se necesite en función de la imperfección a cubrir, ya sean ojeras, manchas, rojeces… La cantidad que se debe poner es poca para poderla fundir bien y conseguir ese efecto camuflaje.
Una vez aplicado el corrector, es conveniente esperar dos minutos a que se asiente para, luego, dar unos toques con el dedo para difuminar los posibles pliegues que se hayan podido formar en las líneas de expresión.
Matificar
Y, finalmente, toca matificar. Es decir, sellar con polvos traslúcidos para que no se note el corrector. Es importante que estos polvos sean finos para que no se vea el rostro demasiado empolvado.
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