Los correctores son uno de los cosméticos que más dudas generan en su aplicación. En más de una ocasión, hemos hablado de la elección del color y de lo importante que es para realmente cubrir o disimular las imperfecciones, así como la mejor forma de aplicarlo. Sin embargo, siguen surgiendo muchas dudas conforme se van conociendo más trucos de belleza, sobre todo, en relación a su aplicación. Y es que hay personas que lo utilizan como una prebase o como un precorrector. ¿Es posible usarlo así? ¿Es conveniente hacer este uso? ¿Cuáles son sus claves? ¿Cuál es la mejor forma de aplicar el corrector? Son algunas de las principales dudas que aquí vamos a aclarar.
Precorrector
Muchas personas famosas aseguran que uno de sus principales trucos de belleza o para lucir un rostro perfecto emplean el corrector de color como un precorrector. ¿Es posible? La respuesta es que sí, aunque hay que tener en cuenta una serie de cuestiones.
La primera de ellas es que hay que tener buenas nociones de maquillaje y ser hábil para hacer este uso para poder conseguir buenos resultados y no se note. La clave está en aplicar primero el corrector de color adecuado sobre la imperfección para, posteriormente, usar un corrector natural en función del color de piel de cada persona. Esto hace que no sea necesario usar base de maquillaje después en esta zona.
Es así un truco de maquillaje que requiere de mucha destreza porque, incluso, esta aplicación permite jugar con varias tonalidades claras y oscuras para dar un aspecto más juvenil al rostro.
Más fácil
Mucho más fácil es hacer el uso del corrector de la manera tradicional porque se requiere menos destreza a la hora de maquillarse y se consiguen también muy buenos resultados.
En este caso, el primer paso es poner primero la base de maquillaje porque así se disimulan ya las imperfecciones del rostro y evita que el rostro se sobrecargue. A veces, incluso, en función de la imperfección, suele ser suficiente así o bien, si se precisa corrector, su uso queda relejado a la zona de la ojera o alguna mancha o granito puntual que haya aparecido en la piel del rostro.
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