Muchas veces se tiene mala cara, se nota la piel más apagada o se necesita parecer algo más joven disimulando las arruguitas o líneas de expresión. Son situaciones, sobre todo cuando se tiene algún evento, en los que se suele acudir a tratamientos con efecto flash. En general, se hacen en centros especializados de belleza, pero hoy en día la cosmética ha avanzado y también es posible poderlos hacer en casa sin ninguna dificultad. ¿Qué puede hacerse? Toma nota de estos que te proponemos para que luzcas un mejor rostro en poco tiempo.
Ampollas
Una de las mejores opciones para conseguir un efecto flash y que la piel del rostro se vea mejor son las ampollas concentradas. En general, este tipo de productos suelen contener ingredientes revitalizadores de la piel, ya que son ampollas antiedad.
Este producto es hoy en día una excelente cura de choque en los cambios de estación o para esos momentos puntuales, ya que tiene un efecto tensor y, además, son iluminadoras. La ventaja es que se venden en cajas –suelen venir entre cinco y diez ampollas-, lo que permite tenerlas a mano siempre que se necesitan.
Boosters
Los boosters son otra buena opción para conseguir ese efecto flash. Este tipo de productos se caracteriza por ser más potentes que los sérums al tener más capacidad de penetración.
Una particularidad por la que es posible emplearlos como recuperadores intensivos. Además, su modo de empleo es muy fácil. Solo hay que añadir un par de gotas del booster a la crema de tratamiento habitual y aplicar sobre el rostro.
Mascarillas
Y, finalmente, tenemos que hablar de las mascarillas. En concreto, nos vamos a centrar en las llamadas mascarillas monodosis, ya que constituyen un excelente refuerzo de la rutina de belleza habitual.
Al ser monodosis, se pueden ir variando o alternando semana tras semana con el fin de responder a las necesidades de la piel en ese momento. Entre las más habituales o más recomendadas, están las de tipo détox o antifatiga.
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