Hoy vamos a seguir hablando de las arrugas o marcas que aparecen tras dormir. En esta ocasión, nos centramos en las de los pómulos por apoyar la cabeza sobre la almohada en esta zona, así como en los pliegues generalizados que aparecen en la cara. A veces, son puntuales pero, si se duerme en esa postura siempre, se convierten en habituales, contribuyendo a que se conviertan en arrugas. ¿Qué hacer? Aquí te contamos las principales claves para solucionar este problema.
Pómulos
Los surcos de los pómulos suelen verse o acentuarse más cuando se duerme de lado. Conocidos como arrugas de la marioneta o líneas verticales desde la nariz a la comisura de los labios, lo mejor que se puede hacer es dormir boca arriba. Sobre todo hay que evitar dormir de lado y con la mano debajo de la cara porque así se acentúan aún más.
No obstante, desde el punto de vista de la cosmética, la solución pasa por utilizar cremas con proteínas, péptidos o centella asiática. Todas ellas son las más eficaces para favorecer el colágeno y acabar con este tipo de arrugas aparecidas de forma mecánica.
Si son muy marcadas, también es posible recurrir a tratamientos estéticos. El más indicado en estos casos es el relleno con hidroxiapatita cálcica. Esta sustancia se infiltra en los surcos para tensar la zona.
Pliegues
Otra situación muy habitual es levantarse con pliegues en la cara tas dormir. Esto suele ser habitual cuando se duerme de lado o boca abajo y son fruto de los pliegues que se producen en la ropa de la cama.
Un buen truco es cambiar la funda de la almohada por una de seda o satén. Estos tejidos son más suaves y más lisos, lo que evita que se peguen tanto a la piel y, en consecuencia, queden marcas.
Además, este tipo de tejidos para la ropa de cama tiene ventajas para el cabello al evitarse el encrespamiento al no producirse el roce del pelo con el del tejido sintético.
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