Pocas son las mujeres que poseen un rostro inmaculado, la mayoría debe recurrir a las bondades del maquillaje y de los cosméticos de última generación para camuflar los pequeños defectos.
El objetivo es conseguir un rostro luminoso, inmaculado y atractivo. Lo más importante es limpiar la piel e hidratarla. A continuación, camuflar los granitos, si se tienen.
Para ello, en el mercado existen maquillajes de textura ligera y fluida que evitan obstruir los poros de la piel y disimular el molesto acné. También hay productos que además de ocultar los granos tienen propiedades secantes y antibacterianas.
Las pieles que poseen brillo suelen tener problemas de grasa, sobretodo en la llamada zona T – frente, nariz y barbilla- . La solución está en aplicar hidratantes específicas para pieles grasas, así como exfoliantes y limpiadoras que combatan el exceso de sebo.
Una vez que se haya aplicado el maquillaje, para atenuar los brillos, lo mejor es disimularlos con polvos compactos.
Las ojeras, que no son un defecto, sino producto de una mala noche o una época de mucho trabajo o de estrés, se disimulan con los productos antiojeras, siempre medio tono más claro que la base de maquillaje.
Si tienes los ojos juntos, debes maquillarlos con sombra clara en la parte interna del párpado y la zona del lagrimal, y oscura en la externa. Un truco: pon máscara de pestañas en la zona más alejada del lagrimal, amplificarás la mirada y conseguirás un efecto rasgado muy favorecedor.
Para corregir los ojos separados, debes invertir el proceso anterior: colores oscuros en la zona del lagrimal y tonos claros en la parte externa.
Si deseas agrandar la mirada, acentúa el maquillaje en la zona externa del ojo y dibuja con un lápiz blanco un punto en el párpado móvil, encima del iris.