A primera vista, parece que el cabello seco necesita menos cuidados que el graso, porque se ensucia menos. Sin embargo, la grasa del cabello, aunque a veces sea un engorro, ayuda a proteger el pelo y la falta de esta grasa quita elasticidad al cabello, con lo que se vuelve frágil y las puntas se abren con facilidad. Sin embargo, existen unas pautas sencillas para cuidar este tipo de cabello:
Al lavarlo:
– Date un masaje en el cuero cabelludo antes del aclarado para estimular la producción de las glándulas sebáceas.
-Quita el exceso de humedad del pelo con una toalla de rizo, que absorben más cantidad de agua, pero hazlo presionando el pelo con la toalla, no frotando fuertemente con una toalla, ya que romperías las fibras del cabello.
-Cuando uses el secador, sepáralo como mínimo 15cm del pelo y nunca lo uses durante más de 15 segundos en el mismo sitio.
Al peinarte: Hazlo con suavidad, sin movimientos bruscos ni tirones. Si lo tienes muy enredado, con la mano izquierda toma un mechón del cabello y con la derecha cepíllalo hasta desenredarlo de forma que la raíz del pelo no sufra.
Mascarilla casera nutritiva: Mezcla 2 cucharadas de aceite virgen de ricino y 1 de aceite virgen de argán, 10 gotas de aceite esencial de lavanda y 5 gotas de aceite esencial de salsa salvia esclarea. Aplica la mezcla sobre el cabello y después cúbrelo con un film de plástico transparente (de los que se usan para la comida) o un gorro de baño. Sobre el film o el gorro líate una toalla caliente. Pasados quince minutos, lávate el pelo con tu champú habitual.
Hazlo cada quince días o, si tu pelo está muy seco, cada semana.