Hoy en día, muchas chicas siguen teniendo sus dudas en cuanto al uso de las lentillas en su día a día. La verdad, es un poco extraño, eso de colocarse una especie de pedazo de plástico en el ojo, que se mantiene con el paso de las horas, aunque a veces se pueda caer. Hay que reconocer que las lentillas no son un producto milagroso para todo el mundo y que estas pueden producir algunos problemas como la sequedad, la picazón, el enrojecimiento e incluso a veces, infecciones.
Si tus ojos comienzan a molestarte constantemente con la utilización de las lentillas, lo que puedes empezar a hacer es cambiar salinas. Existen diferentes tipos de salinas. Vigila esto, ya que aunque utilices una solución salina para ojos sensibles se puede producir una nueva alergia. Si decides usar lentes de contacto, su limpieza es la mejor manera de evitar problemas con la irritación y las infecciones.
Mantener limpias las lentes es bastante simple. Lávalas siempre antes de ponértelas y después de quitártelas. Recuerda que debes cambiar la solución salina del estuche y asegurarte de usar productos desinfectantes. Utiliza limpiadores enzimáticos sobre una base para eliminar los depósitos en las lentes de uso prolongado, y enjuágalas bien después.
Si eres escrupulosa con la higiene de tus lentillas pero continuas teniendo problemas con ellas, puede ser que tengas algún otro tipo de alergia. Habla con tu médico para averiguar de qué se trata. Las lentillas pueden corregirte problemas como el astigmatismo que es una forma de la córnea irregular que distorsiona la visión. El astigmatismo es algo que mucha gente piensa que solo las gafas pueden corregir.