Nos miramos al espejo y nos vemos con la misma imagen que el año pasado o que varios años pasados. Nos parece que nuestro look está antiguo, pasado de moda y nos gustaría vernos diferentes, aunque tampoco queremos un cambio de look radical porque el estilo que hemos encontrado es el que mejor se adecúa a nuestro rostro y a nuestra personalidad. En estos casos, basta cambiar algunos detalles de nuestro cabello para renovar nuestro peinado y vernos con un estilo diferente que nos haga sentir renovadas sin por ello perder nuestro toque personal.
Sin duda la mejor forma de lograrlo es cambiar el color de nuestro cabello. Si te atreves, es hora de ponerte ese tono rojizo que tanto te gusta pero nunca te has atrevido a llevar.
Si no te fías del resultado, puedes optar por un tinte temporal que desaparece a las pocas semanas, y si descubres que es el color perfecto para ti, puedes cambiar al tinte permanente.
Si el cambio de color es demasiado radical, puedes probar con unas mechas de un tono parecido a tu cabello o teñir tan sólo las puntas.
También puedes darle un aire diferente a tu peinado sin tener que renovar el corte. Tan fácil como hacerte unas ondas si siempre has llevado el pelo liso o alisártelo si lo tienes ondulado o rizado. También puedes cambiarte el flequillo, desfilártelo un poco tú misma o simplemente cambiarte la raya del lugar donde la llevas habitualmente.
Si tienes el pelo corto, puedes utilizar un gel fijador o espuma para desfilar un poco las puntas, o darle un aire a lo garçon pegándolo a la cabeza, aunque siempre buscando un estilo acorde con tu tipo de rostro.