Cuando nuestro cabello pierde su hidratación natural, se vuelve seco, quebradizo y sin brillo, por lo que es más fácil que se rompa y se caiga y resulta mucho más complicado peinarlo, restándole así belleza y salud a nuestro pelo, especialmente si tenemos media melena o melena larga. Para evitarlo, podemos utilizar una serie de trucos:
Especialmente en invierno, y debido a los cambios de temperatura, es importante que utilices mascarillas nutritivas que nutran e hidraten la cutícula del cabello. Para ello, después de aplicártelas, ponte un poco de papel film transparente o sécate el pelo con el secador. De ese modo, lograrás que el calor haga que los productos penetren mejor y que el tratamiento nutritivo sea más efectivo. Si tienes el cabello graso, aplica la mascarilla sólo desde la media melena hasta las puntas, evitando el cuero cabelludo.
Si te lavas el cabello muy a menudo o todos los días, no utilices siempre champú, ya que hacerlo te resecará y deshidratará el cabello y esos días lávalo sólo con agua.
La dieta también es muy importante para mantener nuestro cabello hidratado. Debes incluir en ella alimentos como pescado, aceitunas, que aportan ácidos grasos esenciales y patatas o pepinos, que contienen sílice, un mineral que proporciona fuerza y brillo al cabello. También es importante que bebas al menos dos litros de agua al día.
Cepíllate el pelo dos veces al día. Con ello conseguirás que la grasa del cabello, su protección natural, se distribuya de forma homogénea por todo el pelo, hidratando, al tiempo que cuidas las puntas, con lo cual tardarán más en abrirse.
Procura no utilizar sombreros o gorras de forma habitual, ya que absorben el aceite natural del cabello, haciendo que se deshidrate de forma más rápida.