Cuando nos aplicamos las sombras, lo hacemos tanto sobre el párpado móvil como sobre el arco bajo la ceja. Si queremos que nuestro maquillaje quede perfecto, debemos lograr fijar la sombra lo más posible para que sea duradero y prestar atención a la forma del párpado para maquillarlo de acuerdo con ella. De ese modo, lograremos un maquillaje que nos dure toda la noche y que nos resulte altamente favorecedor.
Para que dure más, es esencial limpiar toda la grasa natural posible del párpado antes de aplicar la sombra. Para ello, antes de maquillarnos, aplicaremos una pequeña cantidad de tónico astringente con cuidado de que no nos caiga en el ojo y nos limpiaremos el párpado con ella, evitando después aplicar cualquier tipo de crema.
Por otro lado, si tenemos la piel grasa o mixta, deberemos aplicar sólo sombras el polvo, que serán mucho más duraderas para nuestro tipo de piel.
Si nuestros párpados son alargados, deberemos aplicar la sombra oscura en la parte interna del mismo, es decir, cerca de la nariz y siempre en la parte inferior y aplicaremos la sombra difuminándola hacia afuera, hacia las sienes para lograr acortar el párpado. El resto del párpado lo cubriremos con una sombra más clara. Tanto en este caso como en los demás, no importa qué color elijamos, sino tan sólo que sean dos tonos, una claro y otro oscuro, de la misma gama.
Si nuestro párpado no tiene pliegue palpebral, es decir, no presenta arruguitas cerca de la cuenca del ojo, aplicaremos un poco de sombra más oscura tanto en el borde interno como el externo del párpado, dándole así mayor profundidad.
Si nuestro párpado está hundido o caído, aplica la sombra más oscura de la mitad superior del párpado hacia arriba y hacia afuera.