Aunque siempre asociamos el acné con la adolescencia, muchas mujeres desarrollan este trastorno de la piel en edades más maduras. Normalmente este fenómeno afecta más a mujeres que no habían sufrido acné en su juventud y esta asociado a factores externos que alteran nuestro sistema hormonal. Se puede tratar de forma eficaz y en muchos casos se elimina de forma definitiva.
Acné maduro
Muchas chicas tenemos un brote de acné entre los veinticinco y los treinta. Es un fenómeno mucho más habitual de los que pensamos y está asociado con unos hábitos concretos. En la mayoría de casos son pieles sanas que nunca habían padecido este trastorno y cuyo brote es puntual.
La alimentación es un factor determinante. Ya sea por el trabajo o por compromisos sociales, muchas veces comemos fuera de casa y, por norma, suele ser una comida más grasa. Si a esto le sumamos un exceso de dulce, la piel se satura y salen estos indeseables granitos.
Los trastornos hormonales provocados por los anticonceptivos y por la edad también influyen. Estas hormonas hacen que la piel sea más grasa y se produzcan espinillas. Asimismo el estrés, la contaminación y el uso de cremas poco adecuadas puede hacer que nuestra piel se resienta y tenga un aspecto menos saludable de lo que nos gustaría.
Remedios y cuidados
Lo primero que hay que hacer es vigilar lo comemos y, sobre todo, no tocarse los granitos. Una dieta de depuración de un par de días puede ayudar a nuestra piel a limpiarse. Las cremas que usemos tienen que ser indicadas para nuestra piel. Déjate asesorar por una especialista y no escatimes en productos.
La higiene de la piel es muy importante. Establece un ritual cada noche antes de ir a dormir. Con un jabón específico para tu piel y un poco de agua tibia será suficiente. Date un capricho y hazte una limpieza. Tu piel volverá a resplandecer.