Puede parecer una tontería pero no lo es. Un buen neceser puede ser clave a la hora de viajar, de almacenar cosméticos, de tener ordenadas nuestras herramientas de belleza y, por tanto, hacer más fácil que lo encontremos todo. Sí, muchas veces compramos un neceser sin pensar en el espacio real que necesitamos y nos encontramos que cuando queremos guardar nuestro perfume o nuestro cepillo de dientes tenemos que mezclarlos con el cepillo o los pinceles de maquillaje.
Un neceser perfecto
Planeas un viaje de un mes para el cual, probablemente, te llevarás todos tus productos de uso diario pero te das cuenta que tu neceser no es versátil y que no puedes llevarlo todo en uno. Aunque parezca una tontería, escoger un buen neceser es importante pues, en algún momento o, simplemente en tu día a día, puedes necesitarlo.
Un buen neceser debe cumplir varios requisitos. Tener espacio, sí, es importante, pero que este esté bien distribuido es casi más importante. La separación de productos es indispensable así que fijaos si existe, si tenéis un compartimento para el cepillo de dientes, otro para poder guardar potecitos de pie, en resumen, que cubra vuestras necesidades.
Detalles que marcan la diferencia
La diferencia está, como siempre, en los detalles. Un espejo integrado para poder maquillarte o depilarte, un espacio específico para los pinceles o un porta algodones son sólo algunos ejemplos de las cosas que puede ofrecer un buen neceser. También, botecitos de plástico tamaño avión, muy prácticos para transportar champúes y acondicionadores o una bolsita especial para los productos higiénicos.
Todo es importante pues, en función de todas estas características tendremos un neceser útil y apto para toda situación y necesidad que pueda surgirnos a lo largo de un viaje o, simplemente, durante un fin de semana romántico. Incluso en casa, un neceser puede servir para tener ordenado (y decorar) nuestro lavabo con los productos de uso diario.