Armand Petitjean es el creador de los primeros cosméticos de la casa Lancôme que vieron la luz en el año 1935. Escogió el nombre de Lancôme después de visitar el castillo de Le Chateau de Lancôme: las rosas que crecen entre las piedras de las ruinas del castillo le inspiraron para el logotipo de la empresa ensalzando mediante ella la belleza femenina.
Comenzó sacando al mercado una colección de cinco fragancias que formaron parte de la Exposición Universal de Bruselas. Ganó un premio por sus creaciones y su fama empezó a crecer por todo el mundo. Su éxito le impulsó a ampliar su gama de productos y los primeros fueron los cosméticos. En la actualidad sus productos están disponibles en más de 163 países.
Lancôme cuenta entre sus trabajadores con más de 2.700 investigadores y científicos que están constantemente buscando maneras de mejorar sus productos. Todos los cosméticos de la marca se prueban por voluntarios antes de ser ofrecidos al público general. Utilizan sólo los mejores ingredientes intentando que sean lo menos alérgicos posible y su embalaje está diseñado, no sólo para que sean fáciles de utilizar, sino también para que sean seguros. Lancôme no prueba sus productos en animales.
Su línea de productos se actualiza constantemente para mantenerse al día con las últimas modas y tendencias. En la actualidad han sacado al mercado una nueva línea de productos llamada Resurface. Como su nombre indica, se centra en el resurgir de la piel; está diseñada para eliminar más fácilmente la capa exterior de impurezas de la piel facial, reducir la aparición de líneas finas y arrugas y para renovar la textura y el brillo saludable de la piel.