Los labios es una de las partes más importantes del rostro y del maquillaje. No siempre se maquillan bien porque hay viejas creencias y falsos mitos que se han convertido en verdad y que están tan instaurados lo que, prácticamente, lleva a que los gestos se hagan sin pensar y de forma automática. Sin embargo, hemos detectado esos principales errores para que sepas cuáles son, pongas remedio y luzcas una boca perfecta.
Los errores
Uno de los errores más habituales está relacionado con el perfilador y su uso, lo que se ha visto favorecido por las diferentes modas a lo largo de los años en las que se lucían bocas excesivamente perfiladas e, incluso, con tonos diferentes a los que se utilizaban para la barra de labios, teniendo que tener además una determinada forma. Con estos estilos de maquillaje se dio paso a la creencia de que el perfilador tenía que utilizarse antes de la barra de labios. Y eso, hoy en día, es un error. La clave está en que ahora se llevan unos labios más naturales por lo que lo más idóneo es aplicar primero el carmín y luego el perfilador para dar forma respetando la naturalidad de los labios para que queden un poco más delimitados y definidos. Una pauta que es especialmente importante cuando se utilizan colores claros o tipo nude.
Otro error muy habitual es elegir un tono de labios simplemente porque gusta o porque está de moda. Hay que pensar bien la elección del color. Además, de que nos haga estar más guapas, es importante que favorezca la sonrisa. Y aquí se pueden seguir una serie de pautas. Los colores oscuros pueden hacer más mayor, mientras que los que son más claros rejuvenecen y hacen que las facciones del rostro se suavicen. Referente a los tonos, la clave está en que los colores rojos resaltan el blanco natural de los dientes, mientras que los que son más bien rosados acentúan un cierto tono amarillento.
Y, finalmente, tenemos otro error: frotarse los labios antes o después de maquillarlos creyendo que van a estar más jugosos y que durarán más tiempo intactos. No es así. Lo primero, hay que evitar humedecerlos antes de aplicar el labial y siempre es conveniente extender el carmín con un pincel para un buen acabado y mayor durabilidad.