Muchas mujeres que tienen el pelo rizado desearían lucir un cabello liso. Una opción que no es imposible gracias a las últimas técnicas desarrolladas que permiten tener un pelo 100% libre de hasta la más mínima onda. Entre los métodos más empleados últimamente se encuentran los tratamientos de keratina y el alisado japonés. Pero, ¿en qué se diferencian? ¿Cuál es el más conveniente? ¿Hay alguna contraindicación?
Tratamiento con keratina
El tratamiento con queratina consiste en hidratar el pelo en profundidad, de manera que se evita el encrespamiento, aparte de alisar el cabello y proporcionarle un mayor brillo. Las ventajas de este método es que se puede realizar sobre cualquier tipo de pelo, aunque esté estropeado o tienda a resecarse.
Por el contrario, no hay que olvidar que este tratamiento también tiene unos puntos menos positivos frente a otras técnicas de alisado, ya que su duración es menor. En concreto, con la keratina se mantienen los resultados durante unos cuatro meses como máximo. Además, se tienen que proporcionar unos cuidados adicionales al cabello en su lavado, puesto que no es conveniente utilizar champús que contengan sulfatos.
Alisado japonés
El alisado japonés realmente emplea una técnica o sistema que es muy similar al tratamiento con keratina, no habiendo grandes diferencias entre ambos. Ahora bien, los puntos diferenciales están en sus ventajas e inconvenientes.
Entre los puntos a favor del alisado japonés está que el pelo queda mucho más liso. Aparte, su efecto es mucho más duradero, ya que el cabello puede estar perfectamente hasta prácticamente un año, aunque en muchas ocasiones la vida útil de este alisado es de ocho meses.
Entre los contras que tiene el alisado japonés destaca el hecho de que no puede aplicarse sobre cualquier tipo de cabello, estando contraindicado en aquellos teñidos o que estén muy dañados. Además, también es un tratamiento que es más caro que la keratina.