La exfoliación es un proceso que es necesario tanto para que la piel del rostro como del cuerpo estén perfectas. Con ellas, se consigue eliminar células muertas para evitar la pérdida de luminosidad de la dermis. Pero sus ventajas son aún mayores. La exfoliación también es de gran ayuda para combatir las manchas y otras imperfecciones que aparecen en la piel. Sin embargo, a pesar de su importancia y de ser un proceso fácil de realizar, no todas las personas saben cómo exfoliar la piel. Aquí te contamos paso a paso cómo tienes que hacerlo para renovar totalmente tu dermis sin que sufra ningún daño.
Textura
La elección de la exfoliante es especialmente importante porque, aunque todas pueden eliminar las células muertas, tienen otra serie de características en función de su composición.
Por ejemplo, están las que ayudan a combatir granitos, rojeces o bien las manchas porque son blanqueantes. Pero, además, no hay que olvidarse de la textura. Es mejor elegir siempre aquellas que tienen un granulado pequeño, en polvo o enzimático –es decir procedente de frutas-, porque dañan menos la piel.
Aplicación
Muchas personas tienden a aplicar la exfoliante con las manos. Sin embargo, es mejor utilizar una esponja de fibra vegetal o bien un cepillo de ducha de cerdas naturales. Con estos productos, se consigue extender mejor la crema y dar el masaje para que los granitos actúen.
Además, al no estar en contacto directo con las manos, se garantiza una mayor higiene y que puedan transferirse bacterias a la piel en un momento en el que está un poco más sensible por la exfoliación.
Con independencia de que utilices la esponja o el cepillo, siempre la exfoliación debe hacerse con movimientos rotatorios suaves y hacia arriba. El motivo no es otro más que favorecer a su vez la circulación para activarla.
Zonas clave
Y, por supuesto, dentro de la exfoliación, hay que prestar atención a una serie de zonas clave. Entre ellas, están todas aquellas que son rugosas como es el caso de rodillas y codos. En el rostro, es imprescindible la zona T.
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