Seguramente, después de las fiestas de Navidad, tienes guardada alguna botella de champan, esperando a que llegue una ocasión en la que celebrar algo para poder abrirrla. Pues bien, ya no tienes que esperar a hacerlo, porque puedes utilizar el champán como aliado para potenciar tu belleza.
Esto se debe a que los vinos espumosos como el champagne, al pasar por una segunda fermentación, potencian aún más las propiedades antioxidantes de la uva. Gracias a ello, el champagne estimula la producción de colágeno y elastina en la piel, aumenta su hidratación y elimina los radicales libre, logrando así que tu piel esté cuidada y brillante.
Pero no sólo puedes utilizarlo para el cuerpo, ya que el champagne también ayuda a tener un cabello bonito y sedoso.
Lograrlo es muy fácil, ya que sólo tienes que mezclar una media taza de champagne con media taza de agua caliente (no demasiado) y aplicarlo sobre tu cabello. Masajea el cabello con esta loción y deja que se absorba durante unos minutos para después aclararte el pelo como lo haces siempre.
El champagne también es ideal si tienes el cutis graso, ya que ayuda a eliminar el exceso de sebo que caracteriza a este cutis. Sólo tienes que empapar un algodón con champagne y aplicarlo sobre el rostro y el cuello. No lo hagas más de dos veces a la semana, ya que de lo contrario el alcohol que contiene el champán puede secar excesivamente tu piel.
Y ¿por qué o beneficiarte de una sesión de vinoterapia en casa? Hacerlo es tan sencillo como preparar la bañera y después exfoliar tu piel con un poco de sal gorda. Cuando bañas a meterte en el agua, añade el gel y el champagne. Cuando salgas del agua tu piel estará suave, brillante y habrás disfrutado de un tratamiento de lujo.