Seguro que en tu neceser o en el baño tienes un montón de cremas y otros productos a medias, que ya no recuerdas cuando compraste y que, de vez en cuando los utilizas. O también puede que te haya ocurrido que has tenido que tirar tu crema favorita porque, por un descuido, no la guardaste correctamente y se ha echado a perder. Para no poner en peligro la salud de nuestra piel, exponiéndonos a alergias o erupciones cutáneas y para no tener que gastarnos un dinero extra en comprar cremas antes de que el envase se termine, aquí te dejamos unos consejos para mantener tus cremas y cosméticos en perfectas condiciones:
– Después de cada uso no te olvides de cerrar el bote, el frasco o el tarro que hayas utilizado. Si no lo haces así, el agua que contiene el producto se evapora y el producto se oxida, perdiendo sus propiedades.
– Mantén alejados los productos cosméticos de la luz y del calor en todo momento. Lo ideal es disponer de una balda en la puerta de la nevera donde puedas guardar tus cremas. De ese modo conseguirás un doble beneficio, ya que por un lado te durarán más y por otro ejercerán un efecto refrescante sobre tu rostro cuando te los apliques.
– Si has utilizado un producto estando enferma, por ejemplo, con gripe, mejor deshazte de él.
– Si eres propensa a los herpes labiales, no vuelvas a utilizar la barra de labios que te has aplicado teniendo el herpes. Si lo haces, corres el riesgo de «extenderlo» por todo el labio.
– No abras los productos hasta que los vayas a utilizar.
– Deshecha todo tipo de maquillaje de ojos, como lápices o máscara de pesteñas que hayas utilizado teniendo conjuntivitis.
– Los protectores solares suelen tener una vida útil de un año. Pasado ese tiempo seguramente no cumplirán con su función, por lo que lo mejor es que los renueves.