Cuando nos desmaquillamos los ojos, solemos aplicar un poco de loción desmaquillante sobre un algodón y pasarla sobre el ojo, con objeto de eliminar al mismo tiempo el lápiz de ojos, las sombras y la máscara de pestañas.
Sin embargo, si nos fijamos, después de hacerlo las pestañas no quedan totalmente desmaquilladas, sino que una fina capa de rímel las sigue cubriendo, lo cual, a la larga, puede causar la pérdida o el deterioro de las pestañas. Es por esto que, a la hora de desmaquillarnos, deberemos prestar atención a las pestañas, para conseguir eliminar totalmente los residuos que pueden quedar en ellas.
Es importante utilizar un producto desmaquillante específico para la zona de los ojos, y no el del resto del rostro, ya que son más agresivos y pueden dañar las pestañas.
Para comenzar, cerramos los ojos y aplicamos un algodón empapado en desmaquillante sobre las pestañas durante diez segundos, y después, lo pasaremos de abajo a arriba. De este modo, las pestañas se humedecen y es más fácil eliminar el maquillaje.
A continuación, ponemos una nuez de loción desmaquillante en otro algodón y la aplicaremos sobre las pestañas, siempre desde el párpado hasta la punta de las pestañas, teniendo cuidado de que el producto no penetre en los ojos. No debemos nunca frotar con fuerza al hacerlo, porque podríamos perder pestañas.
Aunque el rímel sea difícil de eliminar, es necesario realizar siempre movimientos muy suaves, e insistir hasta que la máscara de pestañas desaparezca totalmente.
Para terminar, pasaremos el algodón por la zona de debajo de los ojos, donde suelen acumularse restos de rímel que hacen que aparezcan zonas oscuras, para eliminar todo el maquillaje que pueda haber quedado allí, también aplicando el algodón con suavidad y sin frotar en ningún momento.