Maquillar las pestañas es algo que realmente parece sencillo, aunque a veces no siempre se consigue el resultado que se desea por más que se haya comprado el rimel con el efecto que se quiere conseguir. En muchas ocasiones, el problema radica en que no se hace correctamente el movimiento del cepillo de la máscara, siendo una de las principales causas por las que el acabado no queda bien. Y, ¿cómo tiene que aplicarse el rimel?
Las claves
Para que las pestañas queden bien maquilladas, lo más importante es cómo se mueve el cepillo del rimel. En primer lugar, hay que tener en cuenta que no se debe hacer una excesiva presión contra las pestañas con él con el fin de evitar que se manche el párpado con la máscara.
Además, es fundamental que el cepillo se apoye en la raíz de las pestañas superiores y, a partir de ahí, se haga un movimiento en zigzag hacia las puntas, que tiene que llevarse a cabo de forma lenta y con control para que las pestañas queden en su sitio y no excesivamente ladeadas.
Sin embargo, en el caso de maquillar las pestañas inferiores, algo que no siempre es recomendable, la clave está en mover el cepillo en horizontal para controlar mejor hasta dónde se quiere maquillar para evitar manchar el párpado o que bien a lo largo del día se vaya acumulando el rimen en el párpado inferior.
También es conveniente para conseguir un buen resultado aplicar una segunda capa de rimel. Es importante esperar a que la máscara se seque bien antes de dar esa segunda aplicación para que no se peguen las pestañas y queden agrupadas.
Y, finalmente, una vez esté seca esa segunda capa, es conveniente aplicar una más, pero solo en la raíz de las pestañas superiores con el fin de conseguir un efecto delineado.