Uno de los gestos más habituales que realizamos es fruncir el entrecejo. Si estamos preocupadas, concentradas o enfadadas, automáticamente aparecerán esas arrugas en la zona entre las cejas que, a la larga, se harán más y más profundas, restando belleza a nuestro rostro.
Dado que este gesto es automático y existen pocas posibilidades de que logres mantener tu entrecejo liso como una tabla a lo largo del día, te presentamos una serie de trucos para suavizar estas arrugas y mantener así un aspecto juvenil.
Si fruncimos habitualmente el entrecejo porque estamos nerviosas, deberemos realizar actividades que nos ayuden a relajarnos, como practicar yoga, pasear, o tomar infusiones que nos ayuden a sentirnos más tranquilas.
También existen ejercicios que te van a ayudar a reducir las arrugas de la zona. Para empezar, empieza levantando mucho las cejas, estirando hacia arriba lo más posible. Después, frunce el ceño todo lo que puedas y repite ambos movimientos cinco veces. Comienza levantando las cejas, como si estuvieras recibiendo una sorpresa, estirando hacia arriba lo más posible.
Luego haz la acción contraria, es decir fruncir el ceño lo más posible. Repite esta acción cinco veces. Poco a poco notarás cómo tu ceño se va destensando.
Finalmente, si nada de esto te sirve, puedes utilizar una mascarilla casera antiarrugas hecha con ingredientes hidratantes para nutrir y humectar la piel. Una hecha a base de pepino y aloe vera será perfecta. Para realizarla sólo tienes que poner en un recipiente medio pepino y la pulpa de dos tallos de aloe vera. Añade un poco de aceite de oliva y mézclalo todo bien. Aplícalo sobre la zona del entrecejo, cuidando que no te entre en los ojos y déjala actuar durante quince minutos. Pasado este tiempo, limpia la zona con toallas de papel, sin apretar demasiado para no irritar la piel.