Para que nuestro maquillaje quede perfecto, un paso esencial antes de aplicarlo es preparar la piel para que quede lo más libre de impurezas, que permita que el maquillaje se adhiera mejor y por lo tanto sea más duradero y que haga que nuestra piel quede más bonita. Para conseguir el mejor resultado, podemos aplicarnos un facial que nos ayude a lograr este objetivo.
El facial, además, nos va a ayudar a hacer menos visibles las rojeces de la piel y pequeñas cicatrices y manchas, con lo cual reducirá el uso del corrector que tendremos que hacer después para que nuestra piel quede homogénea y libre de imperfecciones.
Existen muchas marcas en el mercado que nos ofrecen faciales. Para que el resultado sea óptimo es conveniente elegir productos que no contengan fragancia, especialmente si tenemos la piel sensible, para evitar irritaciones y reacciones alérgicas. Es importante también verificar que, cuando nos lo aplicamos, no nos obstruye los poros, ya que ello no sólo impide que nuestra piel respire, sino que además provocará la aparición de espinillas y puntos negros debido a la suciedad que se acumulará en ellos.
A la hora de aplicarlo es importante atenerse a las instrucciones del producto, pero los expertos aconsejan esperar a que el facial haya penetrado en las capas profundas de la piel antes de retirarlo y comenzar a maquillarnos.
Podemos aplicarnos el producto en todo el rostro o, si lo preferimos, sólo utilizarlo en aquellas zonas donde suelen aparecer brillos o donde el maquillaje desaparece antes, como barbilla, nariz, labios o párpados. Cuando lo apliquemos en estos últimos deberemos tener especial cuidado de que no nos penetre en los ojos.
Es importante que elijas el producto que mejor se adecúe a las características de tu piel y, antes de utilizarlo, hacer una pequeña prueba de alergia para evitar reacciones adversas.