Consejos para acostumbrarse a las gafas progresivas

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Como seguramente ya sabrás, las gafas progresivas están preparadas para ofrecer tres campos de visión claramente diferenciados: de cerca, a distancia intermedia y de lejos. Son sin lugar a dudas una solución muy recomendable para resolver problemas de presbicia, ya que cuentan con cristales que permiten ver de forma nítida sea cual sea la distancia. Esto es una ventaja, ya que no es necesario cambiar de gafas en función de si estás viendo de cerca o de lejos.

Especialistas en la venta de gafas progresivas, como por ejemplo los de Miller and Marc (www.millerandmarc.com), saben perfectamente que el proceso de adaptación lleva un tiempo, pero también saben que una vez te hayas acostumbrado no querrás llevar otro tipo de gafas. Además, existen una serie de consejos que te permiten acostumbrarte en poco tiempo. ¿Te apetece conocerlos?

Elige las gafas que necesitas

En función de tus necesidades y preferencias tendrás que tomar una decisión sobre las gafas que quieres comprarte. Además, también debes fijarte en los mejores precios en gafas progresivas para no pagar de más. Cuando hayas elegido las que te proporcionan el mejor confort visual, será cuestión de empezar a probarlas.

Aguanta con las gafas puestas lo máximo posible

Es cierto que al principio no es cómodo llevar las gafas progresivas porque puedes sentir sensación de mareo. Sin embargo, hay que resistir a la tentación de quitárselas para acelerar el proceso de adaptación.

Movimientos de cabeza

Dicen que no solo tienes que mover los ojos para acostumbrarte a las gafas progresivas. También debes acompañar los movimientos de los ojos con el movimiento de la cabeza, ya que de esta forma te familiarizarás antes con las distintas áreas de visión.

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Conoce las distintas zonas

Hay que decir que las gafas progresivas son como un nuevo mundo. ¿Por qué? Pues porque cada zona de la lente te permite ver a una distancia diferente. Por ejemplo, la parte superior es la que mejor va para ver de lejos, motivo por el cual es la que debe utilizarse para tareas como conducir un coche. La parte central es para distancias intermedias, como puede ser el caso de un ordenador. Por último, la parte inferior es la que está pensada para poder ver a distancias cortas con total nitidez, algo a lo que se le saca mucho partido cuando se está con el móvil o leyendo un libro.

Elude la visión periférica

Muy relacionado con lo del movimiento de la cabeza está lo de la visión periférica. Mirar por el rabillo del ojo no es muy recomendable, puesto que estarás utilizando el área periférica de las lentes, que no es precisamente la mejor. Por ello, se recomienda coordinar el movimiento de los ojos con el de la cabeza para superar este pequeño inconveniente que además desaparece a los pocos días de uso por lo mismo: nos acostumbramos.

La montura de las gafas

Si la montura de las gafas no está bien ajustada, podemos tener problemas de adaptación. El simple hecho de que las gafas se muevan o presenten desequilibrios hace que puedan producirse mareos.

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